El pasado domingo 24 de noviembre, el periódico El Sol de México publicó lo siguiente a ocho columnas: “Cae interés por casas en playas mexicanas. Destinos como Mazatlán y Acapulco son de los que más atractivo han perdido este año…
“Los extranjeros han perdido el interés de adquirir inmuebles en payas mexicanas como Acapulco, Puerto Vallarta, Cancún, Tulum, Mazatlán o Los Cabos, que apenas hace unos años eran los destinos favoritos para adquirir casas o departamentos”…
Esto es lo que difundió dicho medio informativo y lo fundamenta con datos proporcionados por la secretaría de Relaciones Exteriores, donde además se reveló que en lo que va de este año, el número de permisos solicitados por extranjeros para comprar una propiedad, apenas llega a mil 412, el más bajo de la última década…
Esa misma nota informativa confirma que los destinos donde la violencia se ha desbordado, como Mazatlán, en Sinaloa; o Acapulco, en Guerrero, han perdido su atractivo…
Así las cosas, se hacen más evidentes las consecuencias que produjo aquella desafortunada frase que sembró para la historia el expresidente Andrés Manuel López Obrador, “abrazos no balazos”…
Y estas consecuencias, aunque se empeñen en negar los fanáticos de ese personaje, están saliendo a flote y serán muy difícil de enderezar en el gobierno de la primera presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo que, a querer o no, seguirá arrastrando en su mandato…
Y si no, al tiempo…