Hace algunas semanas el periódico El Financiero publicó lo siguiente a ocho columnas: “Acumuló Pemex una pérdida de 1.3 billones de pesos en el sexenio pasado. Solo entre enero y septiembre de este año tuvo su peor resultado desde la pandemia”…
Y ese mismo día, también a ocho columnas, el periódico El Universal publicó lo siguiente: “Con Andrés Manuel López Obrador, Pemex rebasa el saldo negativo de Enrique Peña Nieto. Pemex acumuló en el sexenio anterior un saldo negativo de dos billones 731 mil 169 millones de pesos, sin considerar la inflación, como resultado de la suma de sus pérdidas operativas y de las aportaciones del gobierno federal”…
Eso es lo que difundieron ambos medios informativos en el mismo día y en el mismo espacio, y por la importancia de este asunto, no solo por las consecuencias a nivel nacional, sino porque tiene alcances internacionales, es de elemental importancia destacar que la información está fundamentada con datos financieros de la propia empresa, a partir del 1 de enero de 2019, al 30 de septiembre de 2024, que señalan con absoluta claridad que las pérdidas netas de Pemex totalizaron un billón 608 mil 282 millones de pesos, lo que también, la propia empresa, reseña que a esto se le debe sumar un billón 122 mil 887 millones de pesos como inyecciones de capital…
Y a querer o no, así pasará a la historia Andrés Manuel López Obrador, padre de la llamada cuarta transformación y creador del partido en el poder del momento, Morena, con militantes mayoritariamente procedentes del PRI y del PRD…
La pregunta es si la actual primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, podrá enderezar el rumbo, no solo de lo que está encontrando, sino al final de su sexenio, porque, también a querer o no, las cosas que le dejó su antecesor en la administración pública federal no se puede considerar como un horno listo para bollos…
Así las cosas, ¿hacia dónde llevan a la empresa petrolera y por lo tanto al país?
En su momento la historia lo registrará…