*Escándalo en el Senado por espionaje

*Se suma al remedo de bomba de hace meses

A las cuatro de la tarde de este jueves llegó al Senado de la República personal especializado de la Fiscalía General de la República, con el propósito de iniciar la histórica investigación de espionaje que denunciaron los legisladores panistas, quienes encontraron en su salón de juntas previas micrófonos que captaban toda la información que se derivaba de esos estratégicos y rutinarios acuerdos que se tienen antes de iniciar las plenarias de cada sesión ordinaria.

Los sabuesos de la fiscalía, encabezados por Felipe de Jesús Gallo Gutiérrez, fueron recibidos por la titular de la Dirección Jurídica del Senado, quien los condujo a las oficinas de la presidenta de la Mesa Directiva, Mónica Fernández Balboa, con el propósito de establecer la mecánica con que se iniciarían las investigaciones correspondientes y que tendrán que llegar, según piden a gritos todos los legisladores, hasta sus últimas consecuencias.

El escándalo ocurrió al filo de las dos de la tarde y desde esa hora todo era confusión entre los grupos parlamentarios, aunque las acusaciones se centraban en los integrantes de la bancada de Morena, comandados por Ricardo Monreal Ávila, a quien los panistas, encabezados por Mauricio Kuri González, exhortaban a que se condujera con las normas legales correspondientes.

Lo anterior, porque Monreal, acompañado de solo seis de 50 integrantes de la bancada morenista, acudió a las oficinas del PAN para inspeccionar el lugar donde se encontraron los micrófonos espías, lo que le fue impedido porque minutos antes ya estaba suponiendo, en conferencia de prensa, que se podría tratar de un burdo montaje y adelantó que no lo permitiría porque “no somos iguales”.

Antes de la llegada del personal ministerial de la Fiscalía se dio la orden de cerrar todos los accesos del organismo parlamentario y nadie podía entrar ni salir hasta en tanto no se recibieran consideraciones de los investigadores.

Pero fue poco antes de las cuatro y media de la tarde cuando todo comenzó a tomar cauces normales al interior del recinto, luego de que, sorprendentemente, el jefe de los ministeriales hizo somera revisión del lugar donde se encontraron los micrófonos espías y minutos después anunció que no traía el equipo necesario y tenía que trasladar el horario para el inicio formal de la indagatoria.

Así ocurrió en el Senado de la República uno de los episodios de espionaje más escandalosos de la historia parlamentaria, lo que se suma al remedo de “bomba” que hace algunos meses recibió la senadora Citlali Hernández, de Morena, y que hasta la fecha no hay ningún resultado de la investigación que también se encargó a la Fiscalía General de la República.

A querer o no, son hechos que etiquetarán negativamente los rumbos que está tomando el nuevo gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, porque a esto hay mucho que sumar de lo que ocurre en las mañaneras de Palacio Nacional.

Que quede para la reflexión.

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