Por Violeta Contreras García

(dpl news) Si bien hay posibilidades para monetizar 5G bajo la arquitectura no independiente (NSA, por sus siglas en inglés), el enorme potencial de esta tecnología se expresará a medida que los operadores avancen en el despliegue de 5G SA (redes autónomas).

Hasta ahora, la gran mayoría de los lanzamientos iniciales de 5G en América Latina se han hecho con la arquitectura NSA, a excepción de Brasil.

Pero cada vez se hace más necesaria la transición hacia 5G independiente para habilitar nuevos casos de uso y detonar la ola de innovación que tanto se espera que genere esta tecnología.

Una estrategia más agresiva en el apagado de redes legacy (2G y 3G), en ese contexto, aceleraría el desarrollo de redes 5G independientes en la región, porque facilitaría las condiciones para que los esfuerzos y la inversión se enfoquen en 5G, aseguran Antonio Correa, vicepresidente de Mavenir para el sur de Europa y América Latina y el Caribe, y Javier Gavilán Casado, director de Tecnología de Mavenir en la región.

“La lección más importante que quizá deberían aprender los operadores en América Latina es tener una estrategia más agresiva en el apagado de redes legadas (…). Y a partir de ahí, la implementación de redes 5G SA va a venir dada (…), va a fluir de manera natural”, afirma Gavilán Casado.

Eso, junto con la reducción del precio de entrada de las terminales compatibles con 5G SA, impulsada por una mayor economía de escala en los países más desarrollados, agilizaría el despliegue de esta tecnología, agrega.

Javier Gavilán considera que los operadores móviles de la región deberían dar pasos “más ágiles, más valientes”, en el apagado de las redes legacy, pues mantenerlas ya no es sostenible.

Sin embargo, Antonio Correa puntualiza que la regulación y las políticas públicas también tienen un gran peso sobre los planes de las empresas de telecomunicaciones para apagar sus redes legadas.

“El gobierno también juega un papel importante ahí. Yo he escuchado quejas de algunos operadores que quieren de pronto apagar algún servicio, pero la regulación no los deja (…). La regulación no ha evolucionado”.

“Y se convierte en sobrecostos para el operador, que no son necesarios, que no beneficia absolutamente a nadie. Mantener algo porque el gobierno no ha evolucionado y es inflexible es rezagar la posibilidad del país de desarrollar nuevas tecnologías”, advierte Correa.

Sólo unos cuantos operadores han avanzado en el apagado de sus redes legacy en América Latina durante los últimos años. Por ejemplo; AT&T en México ya desconectó 2G. Pero Telcel no ha podido hacerlo en el mismo mercado, debido a que todavía hay un porcentaje de la población que depende de esa señal móvil.

Por el contrario, en Brasil todos los operadores están avanzando en el ocaso de las redes 2G y 3G. Y en Colombia ya todos desconectaron 2G.

Contar con un ecosistema maduro y políticas públicas y regulatorias que promuevan el acceso de los usuarios a las tecnologías más modernas son condiciones necesarias para el apagado de las redes legacy.

Brasil, como ejemplo regional, ha reunido esas características, e incluso su subasta de espectro 5G dispuso condiciones para que la implementación de la nueva tecnología se haga con la arquitectura independiente desde un inicio, lo cual no hubiera sido posible sin el ocaso de las redes heredadas.

Mientras tanto, en aquellos países donde aún no se avanza, no sólo se retrasa el despliegue de las redes 5G sino también la llegada de un ecosistema de aplicaciones y servicios que pueden generar mayores beneficios para la población, limitándose no sólo al acceso a Internet.

5G SA habilitará casos de uso relacionados con la telemedicina, la teleeducación, la agricultura inteligente y muchos más ámbitos: algo que no es posible con las redes legadas (2G y 3G, particularmente), señala Antonio Correa.

Arquitectura abierta

Para Mavenir, otra condición indispensable que puede acelerar significativamente el desarrollo de 5G en la región y, sobre todo, su monetización es el uso de tecnologías abiertas en la construcción de las redes de nueva generación.

“La forma de atraer revenues adicionales es teniendo arquitecturas abiertas: aumentar el ARPU (ingreso promedio por usuario) a nivel de consumo, a nivel de industria. Con una arquitectura abierta puedes obtener ingresos de los cuales se beneficie el operador, se beneficie al consumidor, y además le das la flexibilidad a la industria, a la vertical, para tener infraestructura para crecer su negocio”, explica Antonio Correa.

El vicepresidente de Mavenir para el sur de Europa y América Latina y el Caribe detalla que usar tecnología abierta también impulsa la reducción de costos, dado que más actores pueden participar en la cadena de suministro de las redes móviles, incluso las startups.

Aunque en un principio los principales proveedores de equipos tenían recelo de abrir sus interfaces, en la actualidad ya se han dado cuenta de que es indispensable, lo que espera el mercado, y no hacerlo los dejaría fuera del negocio, considera Correa.

Por eso, empresas como Nokia y Ericsson han adoptado estrategias más agresivas para impulsar tecnologías abiertas; por ejemplo, Open RAN.

“Quien más va a forzar la apertura de esas interfaces son los propios operadores, porque son los primeros interesados. Y es que, además, 5G no se trata solamente de tener más espectro, de tener más capacidad de radio, de ser más eficiente”.

“Va también de temas de automatización, inteligencia en red: eso no se puede conseguir si las interfaces no están abiertas (…). Es algo que es intrínseco a la arquitectura, al diseño de 5G, que sus interfaces sean abiertas”, advierte, por su parte, Gavilán Casado.

Algunos operadores móviles en el mundo han apostado por la tecnología abierta para el despliegue de sus redes 5G. Por ejemplo, Dish Network en Estados Unidos o KDDI en Japón.

Antonio Correa destaca que la arquitectura abierta brinda una ventaja competitiva para quienes optan por ella, pero especialmente para las empresas que están construyendo, en este momento, redes desde cero.

“Tenemos unas redes brownfield, unas redes legadas. Cambiar la parte legacy cuesta tiempo y dinero. Ahí es donde adaptar esas arquitecturas abiertas a la parte legacy es lo que está costando más esfuerzo en tiempo y en inversión”.

“¿Quién se beneficia entonces de estas arquitecturas nuevas? Un operador greenfield, porque tiene la posibilidad de arrancar fresco e implementar una arquitectura abierta desde el principio, y se convierte en un competidor súper potente para operadores tradicionales, que tienen todo ese lastre, todo ese bagaje de arquitecturas legadas cerradas que no les permite moverse ágilmente”.

Por eso, Antonio Correa afirma que un operador greenfield, que apuesta por la tecnología abierta desde el principio, tiene una ventaja competitiva en América Latina y el Caribe, que le permitiría irrumpir poderosamente en un mercado y monetizar 5G más pronto.

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