Por Efrén Páez Jiménez

(dpl) Durante la reciente reunión del G20 bajo la presidencia de Italia, celebrada en Venecia, un grupo de 20 ministros de finanzas mostró su apoyo a un nuevo acuerdo para imponer una tasa global de impuestos a las grandes multinacionales de un mínimo de 15 por ciento, que las obligue a pagar su “tasa justa de impuestos” donde sea que operen.

Las grandes compañías tecnológicas o Big Tech, como Facebook o Google, se encuentran entre las principales compañías a quienes estaría dirigido el nuevo plan fiscal. Este acuerdo buscaría imponer una tasa uniforme a las ganancias a nivel internacional, para desincentivar a que las compañías saquen sus beneficios de los países donde operan a países con reglas fiscales más laxas.

El acuerdo había sido presentado desde junio por los países miembros del G7 más la Unión Europea, pero fue este fin de semana que recibió un nuevo apoyo durante las reuniones del G20. Según la OCDE, 130 países, que en conjunto representan más del 90 por ciento del PIB mundial, se han adherido al nuevo plan compuesto por dos pilares.

Mediante un comunicado de la reunión realizada este fin de semana, los miembros del G20 anunciaron un acuerdo para solicitar al ‘Proyecto de Erosión de Base y Traslado de Beneficios del G20’ finalizar los elementos de diseño dentro del marco acordado junto con un plan detallado para la implementación de los dos pilares, para su próxima reunión en octubre.

El paquete de dos pilares tiene como objetivo garantizar que las grandes empresas multinacionales (EMN) paguen impuestos donde operan y obtienen ganancias, al tiempo que agrega certeza y estabilidad al sistema tributario internacional, según explica la OCDE.

De acuerdo con el plan, el primer pilar garantizará una distribución más justa de los beneficios y los derechos fiscales entre los países respecto a las empresas multinacionales más grandes, incluidas las empresas digitales. Reasignaría algunos derechos impositivos sobre las empresas multinacionales de sus países de origen a los mercados donde tienen actividades comerciales y obtienen beneficios, independientemente de si las empresas tienen presencia física allí.

El segundo pilar busca poner un piso a la competencia sobre el impuesto sobre la renta de las empresas, mediante la introducción de una tasa impositiva corporativa mínima global que los países pueden utilizar para proteger sus bases impositivas. Se propone que la tasa mínima global sea de 15 por ciento.

Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, mostró el respaldo de la administración del presidente Joe Biden para el avance de ambos pilares, pero reiteró que aún se requiere de la negociación con el Congreso para su total aprobación.

En conferencia de prensa, Yellen consideró que se podría avanzar rápidamente en el pilar dos a través de su inclusión en el proyecto de presupuesto a ser presentado más adelante este año. Sin embargo, indicó que el pilar uno podría tomar algo más de tiempo de negociación en el Congreso de Estados Unidos.

“Los detalles del pilar uno quedan por negociar. Trabajaremos con el Congreso, tal vez estemos listos en la primavera de 2022, y trataremos de determinar en ese momento qué es necesario para la implementación”, señaló Yellen, según información de Bloomberg.

139 naciones, entre los que se encuentran países europeos como Irlanda, Estonia y Hungría, aún no se han adherido al acuerdo fiscal. Francia, por su parte, está presionando para elevar la tasa mínima (pilar dos), ya que el 15 por ciento está unos cuantos puntos por arriba de la tasa impositiva de países como Irlanda, uno de los países acusados de competencia desleal.

En 2016, Apple fue acusada por la Comisión Europea de haber recibido un trato especial impositivo por parte del gobierno de Irlanda, por lo cual fue sentenciada a pagar 13 mil millones de euros en impuestos atrasados. Tanto Irlanda como Apple apelaron a la decisión, que fue revocada en 2020 por un Tribunal de la Unión Europea.

A finales de 2020, Facebook decidió cerrar su subsidiaria en Irlanda, luego de que esta se viera envuelta en una controversia por sus prácticas impositivas, cuando se hizo público que dicha subsidiaria en Irlanda pagó 101 millones de dólares en impuestos sobre ganancias por 15 mil millones de dólares.

En un comunicado, el canciller del Reino Unido, Rishi Sunak, reiteró el punto de que el sistema fiscal global debe ser “apto para su propósito en la era digital”.

“Debemos seguir aprovechando este impulso durante los próximos meses y trabajar juntos como comunidad internacional para crear un sistema fiscal más justo, que tome medidas enérgicas contra la evasión fiscal”, dijo.

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