Por Nicolás Larocca

(dpl news) La reunión del Mercosur finalizó con un mensaje clave: la necesidad de una mayor integración para abordar los desafíos que enfrenta el bloque, principalmente en materia de comercio, aunque también en lo relacionado a nuevas tecnologías y otras áreas estratégicas. Unión, flexibilidad y modernización fueron palabras repetidas durante el encuentro en el que las tensiones políticas se convirtieron en chicanas, pero en la que primó el deseo por un desarrollo saludable de los países miembros.

Expusieron en la reunión central los presidentes de Paraguay, Santiago Peña; de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Argentina participó a través de su ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Diana Mondino. También disertaron el presidente de Bolivia, Luis Arce; el de Panamá, José Raúl Mulino; y la subsecretaria de Relaciones Exteriores de Chile, Gloria de la Fuente, entre otros.

En los últimos seis meses el bloque se comprometió a la creación de un nuevo procedimiento de coordinación de sistemas de telecomunicaciones y llevó a cabo la primera reunión presencial de un grupo de trabajo con foco en temas de infraestructura, entre ellas, la digital, que derivó en el compromiso de un plan multimodal para la inserción de proyectos de integración regional.

También se destacó la entrada en vigor de un acuerdo para el establecimiento de un marco jurídico para normas de comercio electrónico y avances en temáticas como la propiedad intelectual, el tratamiento para micro, pequeñas y medianas empresas, así como nuevos espacios para mujeres y su proyección en el comercio. En la agenda, asimismo, se abordaron temáticas como el hidrógeno verde, la energía y el desarrollo sostenible.

Paraguay, en su función de presidente pro-tempore y anfitrión del encuentro, celebró además el acuerdo bilateral con Uruguay para la eliminación de los cargos adicionales por roaming internacional.

“Nuestro pueblo anhela líderes con metas claras. Abracemos la democracia con contenido y de resultados”, inició su discurso el presidente de Paraguay, Santiago Peña, quien además valoró la aprobación del protocolo de adhesión al Mercosur en la Cámara de Senadores de Bolivia, lo que “permitirá al hermano país a convertirse en Estado parte del Mercosur”.

Democracia, seguridad e integración al mundo fueron las ideas que coparon los distintos encuentros desarrollados esta semana con sede principal en Asunción.

Fuera de las generalidades, no faltaron en el encuentro abordajes específicos de temáticas clave en materia digital. Da Silva trajo a la mesa la importancia de que la región avance en gobernanza de datos y desarrollo de Inteligencia Artificial, y la relevancia de estos ítems en aspectos de soberanía, y se entablaron posiciones respecto de los próximos pasos en las negociaciones comerciales con China y la Unión Europea. La unión hará la fuerza, o al menos intentémoslo, podría ser el resumen de lo conversado durante la última jornada.

China y Unión Europea

El diálogo por un acuerdo comercial del bloque con China podría avanzar a partir de este encuentro. Uruguay avanzó en sus negociaciones y su presidente explicó los motivos: “Arrancar unilateralmente el diálogo con China no fue un capricho.

Necesitamos avanzar y es posible hacerlo en distintas velocidades. Observamos un cambio de visión en Argentina, Brasil ve la posibilidad de abrirse e incluso lo mencionó el propio (Santiago) Peña”, dijo Lacalle Pou, tras dejar claro que a pesar de los avances como grupo, “70 por ciento del comercio exterior de Uruguay está fuera del bloque”.

El jefe de Estado uruguayo fue quien con más énfasis planteó la necesidad de apertura internacional. “Si queremos dejar de ser la quinta región más proteccionista del mundo tenemos que unirnos nosotros y buscar la unión con otros bloques”, señaló para luego mostrar algunos de los puntos altos del país en materia de comercio internacional: “Exportamos más de mil millones de dólares en software a Estados Unidos”.

Antes, Da Silva insistió en que “el Mercosur puede ser fuente de soluciones a nuestros desafíos. Hay que pensar en grande. Debemos contar con una integración profunda basada en mano de obra calificada y en la producción de ciencia, tecnología e innovación para generar empleo e ingresos.

Tenemos todo lo necesario para ser el eslabón importante en la cadena de semiconductores, baterías y paneles solares. La gobernanza de datos es vital para la soberanía futura y el desarrollo de IA, debemos habilitar nuestra región para que se pueda conectar, procesar y almacenar datos, para avanzar en el desarrollo tecnológico y la digitalización regional”.

Peña, por su parte, habló de los “nuevos retos” a los que se enfrenta la región, “con debates como las implicaciones éticas de la Inteligencia Artificial y la amenaza de la desinformación —hubo un panel específico para abordar esa materia— en el mundo digital”.

Consideró, además, necesario “continuar con el ejercicio de relevar la mayor cantidad de elementos de las más diversas fuentes que nos ayuden a diseñar el Mercosur de mañana, adaptado a las tendencias globales y atendiendo los anhelos de nuestros ciudadanos”, bajo el entendimiento de que “la conectividad física y digital eficiente y segura es fundamental para el acceso a los mercados globales”.

En su turno, Mondino expuso que “si estamos hablando de futuro, tenemos que integrarnos con un cierto proceso tecnológico” e insistió con la importancia de un acuerdo del bloque con la Unión Europea. La agenda UE-Latam, que pareció consolidarse durante la presidencia de España del bloque europeo, tiene un fuerte componente digital. Para la canciller argentina, el Mercosur tiene el desafío de avanzar pero “sin llevar nuestras contradicciones a la negociación”.

Faltazo de Milei

Claro que no pasó desapercibida la ausencia de Javier Milei, sino todo lo contrario. Lacalle Pou se refirió directamente al asunto al señalar que “no sólo importa el mensaje, también el mensajero. Acá deberíamos estar todos los presidentes”. El faltazo del mandatario argentino es signo de los tiempos turbulentos y de diálogo suspendido entre algunos de los miembros del bloque regional. Es que Milei no sólo faltó, también se reunió el último fin de semana con el expresidente brasileño Jair Bolsonaro.

En otras palabras, el encuentro no fue ajeno a la tendencia que protagoniza la región, que ha encontrado en el cambio de colores, de oficialismo por oposición, un resultado habitual en las urnas en los últimos tiempos, y en la discusión entre sus máximos representantes una constante, incluso con agravios que afectaron (y seguirán afectando) el normal desarrollo de las relaciones bilaterales y multilaterales.

Así, mientras Da Silva celebró los más de 30 años de cooperación del Mercosur, Mondino relativizó los acuerdos alcanzados y señaló que su participación tiene como objetivo “plantear nuevos pareceres, a veces apartados del pensamiento mayoritario, pero siempre con la firme convicción de enriquecer el debate en beneficio de la región”. Incluso se habló durante el encuentro del abordaje sobre el intento de golpe de Estado que sacudió a Bolivia en las últimas semanas.

La diferente realidad de los miembros también obliga a la reflexión y es causa y consecuencia de las distintas agendas propuestas. Con foco en lo digital, mientras Paraguay trabaja en “proyectar un futuro interconectado” y aún cuando el presidente anuncia “determinación política de avanzar en la transformación digital”, Uruguay presenta entre sus virtudes una gran penetración de fibra y avance 5G y entre sus desafíos consolidar la apertura a la competencia para alcanzar la universalización. Chile observa rompiendo récords y posicionándose como hub regional, incluso con sus propios retos.

Futuro

Así, el Mercosur parece tener el desafío de saldar cuentas propias puertas adentro y relacionarse al mundo como un bloque robusto, con ideas claras y abierto al diálogo. En materia digital, cada país deberá resolver problemas propios y podrá encontrar en el conjunto acercamiento e interacción con potencias y diálogo con referentes para el correcto abordaje de temáticas desafiantes como la Inteligencia Artificial o el Fair Share, también para retos tradicionales para la industria, como la atribuciones de espectro y otras cuestiones impositivas.

Esa serie de retos quedarán ahora en manos de sus representantes que seguirán trabajando bajo la presidencia pro-tempore de Uruguay, que en medio afrontará elecciones presidenciales definitivas para encontrar al ciudadano que se convertirá en nuevo jefe de Estado desde marzo de 2025.

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