Clamor desde la Cámara

Juan Rodríguez Zazueta, representante del pueblo guarijío, localizado en los municipios de Álamos y Quiriego, Sonora, solicitó a los tres niveles de gobierno reconocer y respetar las decisiones de las autoridades tradicionales, pues son “la máxima autoridad y nos representan para tomar decisiones”.

En su participación en la tribuna de la Cámara de Diputados, en la sesión de este jueves, Rodríguez Zazueta pidió el reconocimiento de las normas, prácticas e instituciones de las comunidades que integran ese pueblo indígena.

De igual forma, para que el uso, aprovechamiento del territorio, recursos y bienes naturales sea para su beneficio, se requiere que todo producto natural generado a partir del conocimiento, esté protegido por una ley constitucional y sea redituable en el ámbito colectivo.

Sobre la educación, planteó respaldar a los maestros empíricos del pueblo guarijío, incluir en todos los niveles educativos la enseñanza de la lengua guarijí a través de maestros comunitarios y generar acciones para garantizar su uso y así evitar la desaparición de este idioma.

También implantar esquemas que posibiliten la enseñanza del conocimiento tradicional, además, que las instituciones educativas de nivel superior se basen en criterios y sentimientos del pueblo guarijío para que los jóvenes que egresan de ellas aporten a las comunidades, y que existan becas que permitan que los indígenas estudien todos los niveles educativos.

Además, solicitó la tecnología que permita acceder a internet y contar con servicio de telefonía.

Juan Rodríguez consideró fundamental proteger el patrimonio como pueblo guarijío, para lo cual urgió a garantizar la propiedad colectiva de las comunidades, como la danza de la tuburi y la danzada del pascola, entre otras.

Para mejorar el servicio de salud, se debe contar con centros que tengan equipo, medicamentos y personal que hable la lengua indígena o, en su defecto, que se garantice que haya traductores para la atención adecuada y que los enfermeros o enfermeras sean de las mismas comunidades o que tengan conocimientos de la cultura para respetar la vida comunitaria. Se debe reconocer y fortalecer el uso de las medicinas tradicionales que las comunidades mantienen.

Resaltó que los términos guarijío o macurawe significan “gente que camina mucho en la sierra”. Lamentablemente, en el año 2015 sólo había dos mil 88 hablantes; hoy en día, ésta está en mediano riesgo de desaparición.

“Aunque vivimos en estas tierras desde antes de la colonización, se reconoció nuestra existencia hasta 1970, cuando se instaló el Centro Coordinador Indigenista Guarijío, en la comunidad de San Bernardo, municipio de Álamos, Sonora. Por lo tanto, necesitamos fortalecer nuestras instituciones culturales y nuestra identidad como pueblo guarijío”, afirmó.

Con el objetivo de mejorar los accesos carreteros, la economía y la autonomía, así como posibilitar el traslado de enfermos, consideró urgente crear infraestructura para el bienestar común.

El hablante de la lengua guarijí subrayó que su comunidad siembra maíz, frijol, calabaza y ajonjolí. También elabora arte con madera como: arpas y violines; artesanías con palma, cestos, sombreros, waris, petates y angarias. Las mujeres se dedican a la producción de artesanías de palma, tejidos en servilletas y bordados, entre otras actividades.

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