Por Fernanda Aguirre

(dpl) A más de un año de haber migrado a las clases virtuales por la pandemia de la Covid-19, los alumnos en México siguen prefiriendo la modalidad presencial. Sin embargo, existe una mayor apertura al formato híbrido para el futuro.

Siete de cada 10 estudiantes de escuelas públicas y privadas del país indicaron que prefieren asistir físicamente a las aulas, dado que consideran que los profesores aún no están capacitados para las clases en línea, o bien, todavía no han adaptado sus herramientas y metodologías a los nuevos formatos. Además, existe una menor apertura al diálogo e interacción con maestros y compañeros, lo que hace más complicado el proceso educativo.

No obstante, quienes toman clases en línea expresan también algunas ventajas, entre las cuales destaca la flexibilidad de tiempos y la autonomía que la propia modalidad ofrece. Lo anterior es uno de los motivos por los cuales en México alrededor del 20 por ciento de los estudiantes de licenciatura respondió que tiene la intención de concluir sus estudios en una modalidad remota o mixta, en comparación con el 8 por ciento registrado antes del confinamiento.

Los encuestados señalan que la calidad de clases de forma presencial es superior a la que se vive de manera online; sin embargo, indican que se ha mantenido igual desde el inicio de la pandemia debido a las plataformas digitales, de las cuales destacan Zoom (42%), Blackboard (27%), Microsoft Teams (10%), Google Classroom (10%) y otras (11%); siendo Zoom la herramienta más utilizada y mejor calificada en México.

Estos datos forman parte de un reciente estudio, presentado por EY – Parthenon, acerca de la experiencia y percepción de alumnos y padres de familia de educación superior, educación básica y media superior, en cuanto a las clases virtuales.

Entre los resultados del informe El impacto de la COVID-19 en la educación en México, Colombia y Perú, un año después de la pandemia, pondera la brecha existente entre el estudiantado de escuelas públicas, en contraste con el que asiste a escuelas privadas.

Mientras que las preocupaciones e inquietudes de los alumnos de institutos privados son disponer de servicios de bienestar con psicólogos o nutriólogos (40%), cursos en línea en el extranjero (39%), más apoyo en la búsqueda de empleo (32%), plataformas de ejercicio (26%), mejores profesores (25%) y cursos bilingües (23%); quienes forman parte de instituciones públicas se preocupan por la conectividad en sus hogares y el acceso a dispositivos propios que les permitan llevar a cabo sus actividades académicas.

A pesar de ello, dada la necesidad de adaptarse a las recientes formas de trabajo, la brecha existente en términos de conexión se redujo. Para 2020 se registraba el 72 por ciento de estudiantes de organismos públicos conectados a la red, y para 2021 se muestra el 94 por ciento. En el caso de los estudiantes inscritos en universidades del sector privado, hay una presencia del 99 por ciento con conexión de banda ancha.

En términos generales, y de manera casi forzada, padres de familia han invertido en la mejora del acceso a Internet y dispositivos en el hogar para que sus hijos puedan adaptarse a la educación a distancia.

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