Expertos de diversas instituciones, organizaciones de la sociedad civil y la academia delinearon un decálogo de recomendaciones para la atención a la salud mental, prevención y atención de las adicciones con perspectiva de innovación.

Lo anterior, en el marco de los trabajos del foro “Salud mental, prevención y atención de las adicciones con perspectiva de innovación”, organizado por la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Cámara de Diputados, presidida por el diputado Javier López Casarín, en colaboración con la organización Red VIRAL, coordinada por la doctora Eunice Rendón.

Entre los expertos estuvieron Raúl Martín del Campo, Arturo Conde, Arturo Sabines, Maricarmen Bustos, Carlos Magis, Martín Mosqueda, así como Carmen Fernández, directora de los Centros de Integración Juvenil, entre otros.

En un comunicado, referente al encuentro, el diputado López Casarín mencionó que el problema debe atenderse desde un enfoque preventivo, a partir de información estadística sólida sobre hábitos de consumo y aprovechando los recursos que ofrecen las tecnologías exponenciales, como la inteligencia artificial.

Eunice Rendón mencionó la necesidad de atender el problema del consumo no a partir de las sustancias, sino visibilizando al ser humano, para dejar de criminalizar y estigmatizar la enfermedad. Estamos hablando de hombres y mujeres con necesidades de atención y acompañamiento. Por ello, se requieren políticas de atención empáticas y humanas.

Raúl Martín del Campo mencionó algunos de los retos en materia de capacitación, atención e innovación para el tratamiento y prevención de las adicciones, así como que es fundamental abordar el tema con una perspectiva humana y de género, centrado en las personas y sin estigma.

Con la información y propuestas de los presentes se realizó el siguiente decálogo como un primer trabajo colectivo sobre las necesidades y retos en la materia:

  1. Fortalecimiento de alianzas y redes para la prevención y atención de las adicciones, a través de esquemas de colaboración multiactor y multinivel con el acompañamiento del Poder Legislativo.
  2. Fortalecer y consolidar la integración de los servicios de salud mental y de atención a las adicciones.
  3. Trabajar desde un enfoque de salud pública, centrado en las personas y sin estigmas.
  4. Aprovechar las nuevas tecnologías, la Inteligencia Artificial y las redes sociales para campañas preventivas innovadoras y adaptadas a los contextos, necesidades y lenguaje de las poblaciones más jóvenes.
  5. Al entender que la demanda es grande, es necesario fortalecer la capacitación en diversos grupos de profesionales de la salud, como son trabajadores sociales, psicólogos, enfermeros y personal de atención médica prehospitalaria, al tiempo de implementar un sistema de telemedicina que ayude a tener mayor cobertura.
  6. Contar con estrategias territoriales y próximas a las comunidades. Se trata de considerar a las personas, no sólo como los sujetos de las políticas y acciones en la materia, sino como el actor principal de las mismas desde el diseño hasta la evaluación. En ese sentido, se requiere impulsar programas que promuevan la cohesión comunitaria y el sentido de pertenencia incluyendo atención psicoemocional y actividades de arte, deporte, educación y cultura que ayuden a consolidar los proyectos de vida de las niñas, los niños y jóvenes.
  7. Fortalecer y poner en marcha modelos integrales y transversales de prevención y atención a las adicciones al tiempo de desarrollar programas de tratamiento que atiendan tanto los problemas emergentes, como poblaciones vulnerables y la justicia terapéutica.
  8. Contribuir en la profesionalización y certificar de centros de atención a las adicciones, al tiempo de generar alianzas con la sociedad civil para contar con un sistema de referencia y contrareferencia y mejorar el sistema de información que se tiene sobre la problemática.
  9. Fortalecer un sistema de vigilancia epidemiológica de trastornos mentales y consumo de sustancias que integre diferentes métodos de recolección de información y desde el nivel de las alcaldías y en colaboración con el sistema educativo.
  10. Aumentar la cobertura de programas de reducción de riesgos y daños que incluya los insumos necesarios y alcance a las poblaciones vulnerables de difícil acceso hacia los que están orientados.

Asimismo, se habló de la importancia de fortalecer estos puntos a través de la agenda legislativa y de la necesidad de contar con los recursos financieros necesarios que permitan sustentabilidad de los programas.

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