*Escenario ligado a la histórica “Decena Trágica”
El aniversario de las fuerzas armadas mexicanas se encuentra estrechamente ligado con aquel suceso histórico que truncó la democracia de nuestro país, denominado la “Decena Trágica” que culminó con el asesinato del presidente Madero y del vicepresidente Pino Suarez a unos metros de este recinto, a espaldas de lo que fuera la Penitenciaria de Lecumberri.
Los diez días que sacudieron a nuestro país estuvieron marcados por la traición de los generales Gregorio Ruíz, Manuel Mondragón, Félix Díaz, Bernardo Reyes y sobre todo, de Victoriano Huerta.
Sin embargo, esa época también fue acentuada por la valerosa y destacada participación de los Generales Lauro Villar, Ángel Ortiz Monasterios, Felipe Ángeles y de los miles de soldados que se mantuvieron leales al régimen democrático, que resistieron hasta el final y que dieron su vida en aras de un México igualitario y justo. En 1913 la tropa mexicana dio muestras de su valentía al enfrentar a aquellos que se sublevaron por mantener intactos sus intereses y privilegios y el de sus naciones.
En ese contexto, en repudio al golpe de Estado contra el presidente Francisco I. Madero, se funda el Ejército Constitucionalista, al mando de Venustiano Carranza y desconociendo al gobierno impuesto y espurio de Victoriano Huerta, comenzando así el periodo más sangriento de la Revolución Mexicana, donde la participación castrense sería invaluable.
La historia de las tropas mexicanas se encuentra íntimamente ligada con la historia de nuestro país, son los militares quienes han tenido un papel predominante en todos y cada uno de los eventos importantes de México, desde aquellos que llenaron de júbilo al país, como aquellos que de igual manera lo enlutaron.
Sin embargo, nos oponemos a la idea de que el Ejército Nacional tiene sólo 101 años, pues desde la Independencia de nuestro país ha existido la institución castrense que vela por la seguridad y bienestar de la nación.
Hace más de 101 años que las tropas mexicanas defendieron a nuestra patria de la invasión norteamericana, que pelearon hasta la muerte en la batalla del Convento de Churubusco, del molino del Rey y del Castillo de Chapultepec.
Hace más de un siglo que nuestro ejército defendió al pueblo y a su gobierno de la invasión francesa, que salvaguardó el puerto de Veracruz de aquellos que pretendían imponer a un príncipe austríaco. Hace más de un siglo que la guardia nacional libró heroicamente aquella histórica batalla en los fuertes de Loreto y Guadalupe, un 5 de mayo de 1862 en la Ciudad de Puebla.
¿Quién no se llena de orgullo al leer o escuchar la frase aquella que el general Zaragoza enviara al presidente Juárez cuando se había ganado la batalla en el estado poblano? “Las armas nacionales se han cubierto de gloria” señalaba el telegrama, y así era sin duda.
No podemos con ese recuento como consecuencia limitar la historia de nuestro ejército a un periodo de 101 años cuando esta se remonta a los 202 años que tiene la patria como nación independiente.
En la actualidad, quienes encabezan la Administración Pública Federal han colocado a las tropas mexicanas en una labor policial que en sentido estricto no le corresponde. Es el Ejército quien ha cargado con la responsabilidad de aquellos que no han sabido solucionar con inteligencia, a través de las instituciones, el problema que sin duda lacera a nuestra sociedad, como es la inseguridad.
Nosotros reconocemos la trayectoria y el desempeño heroico y digno de las fuerzas armadas de nuestro país, dando siempre lo mejor de sí, aunque tenga que hacerlo en labores que es un principio como he señalado no le corresponden.
Sin embargo, reprochamos y repudiamos también a aquellos que no han sabido mantenerlo en el lugar que le corresponde, el de defensor de la patria, de su territorio y de sus habitantes.