*Juventud, presente incierto y futuro sin destino
En México una cuarta parte de la población son jóvenes que enfrentan inseguridad y desempleo creciente sin que hasta ahora se adviertan políticas públicas que les permitan superar los retos que enfrentan y con ello asegurar el presente que viven con mayor certidumbre, sobre todo ahora que muchos son padres jóvenes y la delincuencia y la informalidad son la única opción para sobrevivir, ante la falta de crecimiento económico.
De acuerdo a datos de la ONU, la mitad de la población del mundo son jóvenes que enfrentan pobreza y marginación, toda vez que el 90% de ellos viven en países en desarrollo con carencias educativas, de salud y de acceso al empleo, además de inseguridad creciente en su entorno social que los hace víctimas cotidianas.
Este fue el escenario de la celebración de su Día Internacional, que en el caso de México también es grave, toda vez que la falta de empleo y de educación crece más con las reformas hechas, ya que de las cifras de personas asesinadas, de acuerdo al INEGI, una gran parte son menores de 30 años, lo que nos dice que en muchos casos se emplean con la delincuencia que les ofrece dinero fácil y mueren en enfrentamiento, o bien son víctimas de la inseguridad que se vive en el país.
Y las cosas no mejoran pese a las cuentas alegres de los responsables de las finanzas de México, toda vez que Banxico acaba de bajar aún más la expectativa de crecimiento económico al 2% en este año, de manera que pese a la propaganda oficial seguimos a la deriva y con ello, es demagógico afirmar que los empleos bien pagados están por llegar cuando esta administración va en caída libre y nos arrastra a todos.
Ante este panorama, la informalidad sigue creciendo como una forma de salir del atolladero económico que afecta a millones de familias en México, y donde los jóvenes sin educación y sin empleo, crean su sobrevivencia y muestran aptitudes en diversos oficios y profesiones de manera autodidacta que muchas veces no se les reconoce al catalogarlos como “ninis” que pese a ello, buscan caminos de superación fuera de la formalidad aceptada.