*Reforma política es una transa entre partidos
Estuvimos en contra de esta reforma político-electoral porque fue parte de una transacción política, fue parte de un acuerdo para abrir la puerta a la reelección legislativa y a la reelección de autoridades municipales a cambio de la reforma energética; fue un trueque.
Por esta razón con la declaratoria de reforma constitucional ratificamos nuestra posición política en contra de esta reforma, que es una reforma para la partidocracia. Es una reforma para el inmovilismo político y no es una reforma política para los ciudadanos.
En estos meses, en estos trece fatídicos meses vivimos en el país una grave restauración autoritaria, polarización social, fracaso económico, descomposición comunitaria y más inseguridad pública. Se ha legislado por consigna y en contra del interés nacional: el instrumento de estos cambios han sido las reformas a la Constitución, en estos meses se ha llevado a cabo una deformación constitucional.
Hablando de estas reformas que se han venido aprobando en esta 62 Legislatura, el presidente Enrique Peña Nieto fue a Suiza—al Foro Económico Mundial— a presumir este conjunto de reformas. En nuestra opinión lo que va a hacer es que va a concretar la venta del petróleo, va a concretar con las transnacionales los términos de la negociación para la legislación secundaria energética, va a firmar acuerdos para concretar la venta de nuestros recurso.
En cada viaje presidencial se concreta un agravio a la República: en Londres, Enrique Peña Nieto anunció la privatización y el Washington Post confirmó la negociación para esos fines con el Partido Acción Nacional.
Las reformas que presumió el Ejecutivo con su corte imperial han implicado agresiones a diferentes sectores y sus fines están lejos de representar un beneficio para la población. Estas reformas producto del «Pacto contra México» han significado pérdida de derechos, retrocesos y la entrega de nuestros recursos energéticos a los extranjeros.
Con la Reforma Laboral se prometió la creación de cientos de miles de empleos y el crecimiento económico, pero ni se han creado empleos y el país vive en un modelo recesivo económico.
La Reforma Educativa no es sino una reforma laboral para afectar la estabilidad de los maestros, centralizar la nómina y tener el control sin mejorar la calidad educativa.
La Reforma Financiera consolidó el oligopolio bancario extranjero y estableció cárcel a deudores.
La Reforma Hacendaria estableció más impuestos, más gasolinazos y más deuda con un déficit público que no se veía desde la década de los ochentas.
La Reforma Energética no sólo ha sido un acto de traición a la patria, sino un crimen ecológico; no han bajado las tarifas de la luz, ni el precio del gas, ni de las gasolinas como millonariamente se publicita por parte del gobierno.