La Ministra Norma Lucía Piña Hernández afirmó que en el México de hoy, de un contexto económico y social complejo, la sociedad exige contar con servidores públicos que no sirvan al poder ni se sirvan de él, e hizo un llamado a los nuevos jueces de Distrito para estar a la altura de este reclamo y tomar sus decisiones de manera imparcial, no con la mira de complacer para recibir aplausos o evitar críticas.

En sesión solemne de Plenos en la que el Ministro Luis María Aguilar Morales, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), tomó protesta y entregó los distintivos y acreditaciones a 51 nuevos juzgadores federales, la Ministra les recordó que entre sus tareas están el defender los intereses legítimos de la sociedad y atemperar las desavenencias que generan la impunidad y la corrupción.

“En ese camino se les presentarán, probablemente, conflictos de intereses en los que les será imposible conceder a todos todo lo que pretenden y, en ocasiones, les parecerá insalvable sucumbir ante el temor de ser expuestos a la crítica mediática, a la presión de los grupos de poder o a la denuncia injusta”, dijo, y les pidió estar a la altura de los desafíos.

Ante Ministros, Consejeros de la Judicatura Federal y familiares y amigos de los nuevos juzgadores, la Ministra Piña Hernández destacó que, con ellos, se incrementa el número de jueces de distrito probos, y se suman como nuevas generaciones de impartidores de justicia que surgen en un contexto histórico, económico y social complejo.

“El México de hoy, que espera de ustedes honradez y compromiso, les exigirá ser jueces garantes de los más altos valores humanos, que con ejemplo de probidad y honestidad en su diario quehacer, reafirmen la inquebrantable voluntad de servir a la sociedad a la que pertenecen”, expuso.

Las condiciones de nuestro tiempo, agregó, exigen también poseer el aplomo y el valor para hacer frente a los embates de una realidad compleja para realizar la labor de impartir justicia. “Recuerden que para que una sociedad viva en paz, tranquilidad y seguridad no es suficiente que haya buenas leyes si existen malos jueces, de ahí el grado de responsabilidad que están asumiendo”.

La Consejera de la Judicatura Federal Rosa Elena González Tirado aseguró que en la época actual los juzgadores federales no son improvisados, sino que su designación es resultado de un estricto proceso de selección que comprende el cumplimiento de requisitos como antigüedad y preparación.

Pero no solo una erudición jurídica, una sobresaliente preparación y un nombramiento formal hacen un buen juez, si no existe materia prima, enfatizó, y consideró que “para ser un buen juez hay que ser una buena persona”.

Por ello los exhortó a desempeñar su cargo con una actuación recta, a ser honestos, prudentes y excelentes, para no defraudar el Poder Judicial y, sobre todo, a la sociedad.

Hay varias formas de ser deshonestos. Una de ellas es la obtención de contraprestaciones distintas a las que el Estado otorga por el desempeño de sus funciones; la otra, se da cuando se ocupa un lugar, un asiento, y se recibe un sueldo inmerecido porque no se estudia ni se tiene conocimiento real de los asuntos. “A decir verdad, no sé cuál de los dos es peor. La honestidad, que no admite soldadura, será una de sus armas más poderosas”, puntualizó.

Recomendó a los nuevos jueces ser prudentes porque tendrán trabajo de sobra y les hizo ver que la montaña es muy alta y sus vías escarpadas, pero que no se trata de llegar antes poniendo en riesgo otros valores, ya que su objetivo no puede ser otro que conocer a fondo todo aquello que pueda ser útil para tomar decisiones correctas.

“Se trata de analizar cada paso y mirar alrededor desde todos los ángulos posibles para ser imparciales”, finalizó.