Una democracia en la que no existe la participación y presencia de las mujeres no es una democracia completa, aseguró Octavio Ramos Ramos, magistrado de la Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Durante la emisión del programa Justicia electoral a la semana, que se transmite por Plataforma Electoral, el canal de televisión por Internet del TEPJF, y por Canal Judicial, Ramos Ramos indicó que las resoluciones del máximo organismo jurisdiccional del país en materia electoral han contribuido a garantizar la participación de las mujeres en la toma de decisiones políticas en condiciones de igualdad con los hombres.
En la emisión que conduce la periodista Guadalupe Juárez, el magistrado refirió que la sentencia 12624/2011, mejor conocida como “Anti-Juanitas”, sirvió de precedente para que la reforma electoral de 2014 estableciera la obligación de los partidos políticos de cumplir el principio de paridad en la postulación de candidaturas.
Ramos Ramos agregó que las sentencias emitidas por las Salas Regionales y la Sala Superior del TEPJF han contribuido a “emparejar el piso” para que las mujeres puedan acceder a la conformación del poder en las poblaciones y comunidades indígenas, ya que han ganado cargos que antes eran exclusivamente para hombres, como las presidencias municipales, situación que representa un avance sustantivo en nuestro país.
“Es muy significativo porque las mujeres ya no sólo son regidoras, ya aumentaron las presidentas municipales y las síndicas, posiciones de mando que históricamente sólo eran ocupadas por los hombres”, refirió.
Ramos Ramos señaló que la participación femenina se debe garantizar en todos los ámbitos de la vida pública sin que se vea como una obligación. “La participación femenina es un imperativo que no tendría por qué estar en la Constitución”, manifestó.
Sin embargo, criticó que a pesar de la existencia de acciones afirmativas y disposiciones legales que establecen la obligación de garantizar el principio de paridad de género, los partidos políticos todavía se resisten a postular candidaturas femeninas o envían a las mujeres a distritos y municipios que no tienen posibilidades reales de ganar.
“Las mujeres y los hombres tenemos las mismas oportunidades, pero la historia, los hechos y la interpretación no han permitido esta evolución”, aseveró.