*Política exterior mexicana invisible
Urge realizar evaluaciones necesarias y cambiar las personas, las instituciones y hasta las leyes y reglas que permitan transformar a fondo la política internacional y la presencia de México en el mundo.
Los hechos ocurridos en Egipto el pasado 13 de septiembre donde murieron ocho mexicanos por un ataque por parte del Ejército de aquella nación, sin las alertas y sin la información necesarias que procuren la seguridad y tranquilidad adecuadas, nuestros connacionales seguirán viajando a países de alto riesgo.
Lo anterior es consecuencia de un proceso originado por una política exterior mexicana cada vez más silente, discreta, invisible, que orilla a una especie de encierro a la población y a mantenerla presa en su propio país.
El conocimiento general en el país sobre temas de escala internacional, como el terrorismo y el fundamentalismo, es mínimo e incluso es selectivo.
Sólo se prioriza la atención de los mexicanos en Norteamérica y, en mínima medida hacia otras naciones, además de que existen protocolos diplomáticos y consulares que son completamente desconocidos para el ciudadano común.
Hay que aceptar que el país es un acorazado que ve poco hacia el exterior, con relaciones desgastadas, reducidas o inexistentes con una gran cantidad de países, expresiones, modos de ser, inclusive de vivir.