*Sin resultados en el sistema de salud
Sin calidad de vida, sin una población sana, no se puede lograr el crecimiento estable de la economía, que no sólo depende de las estrategias financieras, sino principalmente de la fuerza de trabajo, que somos todas y todos los mexicanos.
A tres años de su gestión al frente de la Secretaría, la titular de Salud no ha logrado avances con respecto a la integración funcional del sector salud, rubro que desde el Primer Informe de Gobierno fue anunciado y que al día de hoy no se ha puesto en marcha.
Algunos hemos visto una Secretaría pasiva ante problemas graves como el recorte del 2015, la disminución del presupuesto en 2016 y, no menos importante, la pretensión de la disminución del impuesto a las bebidas azucaradas.
Se percibió una falta de compromiso en materia presupuestal, además de que este año fue más difícil que el anterior en esta materia.
En 2015 se previó otorgar poco más de 134 mil 842 millones de pesos, independientemente del recorte anunciado en enero de este año, y lo menos que se debió esperar en 2016 fue una cifra similar o mayor, no obstante para el siguiente año se planteó un total de 129 mil 666 millones de pesos.
Las comisiones de Salud de ambas cámaras apoyaron para incrementar ese presupuesto, logrando un aumento para quedar en más de 132 mil 215 millones de pesos y a pesar de ello no dejamos de tener un recorte de 2 mil 626 millones de pesos, que afectó programas como el de estancias infantiles para apoyo a madres trabajadoras y de desarrollo comunitario, entre otros, y urge la Secretaría de Salud no se quede estática, sino actuar en consecuencia.
Necesitamos para 2016 un liderazgo firme de parte de la Secretaría y una comunicación más cercana con el Presidente Enrique Peña Nieto y con el secretario de Hacienda, con el fin de lograr detener la caída, vista desde su gestión, del presupuesto en salud, comparada con el crecimiento que se venía dando en años anteriores en el sector.
En materia de calidad de los servicios no se ha dado el crecimiento constante que había anteriormente en materia de infraestructura.
Los números revelan un estancamiento en inversión de unidades construidas, ampliadas y equipadas y se debe directamente al estancamiento del crecimiento del presupuesto otorgado en salud.
Esto obstaculiza el desempeño de los servidores profesionales de la salud y, por ende, va contra los derechohabientes, a quienes, además de infraestructura y un equipamiento correcto, se les deben otorgar estrategias para tener los insumos y medicamentos necesarios para su oportuno tratamiento.
Seguiremos vigilando el desempeño de la Secretaría, la protección de su presupuesto, pero sobre todo el nivel de la calidad de la atención a los pacientes, ya que es preocupante que las estrategias no tengan un impacto esperado que beneficie a la salud de la población.