Una vez más el edificio del Senado de la República, ese al que pomposamente llaman “la nueva sede”, registró graves fallas en los elevadores…

El percance ocurrió este jueves, pero aunque no tuvo mayores consecuencias, sí deja un desprestigio que seguramente se comentará con sorna en el Capitolio de los Estados Unidos… Por qué, se preguntará usted, curioso lector, y le contamos lo siguiente… Resulta que el presidente de la Cámara de Senadores, Raúl Cervantes Andrade, se encaminaba hacia uno de los elevadores acompañado del embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, quien fue invitado a una comida que se le organizó en las instalaciones senatoriales, las cuales se han etiquetado ante el mundo como “edificio inteligente”… Pero ¡oh! desgracia, cuando Raúl y Anthony, y sus respectivas comitivas, ingresaron al elevador, se negó a funcionar y aunque se intentó remediar la falla para evitar desprestigios, después de varios minutos no se logró, se produjo un atorón y por segundos reinó la confusión… Finalmente Andrade Cervantes invitó al diplomático norteamericano a subir por las escaleras y así concluyó un episodio que seguramente será propagado en el mundillo político del vecino país del norte… Vaya prestigio… ¿O no?...