El pasado 19 de junio de este año, el presidente de la Comisión de Régimen, Reglamentos y Prácticas Parlamentarias de la Cámara de Diputados, Marcos Aguilar Vega, dijo textualmente: “Se han documentado asesinatos, detenciones arbitrarias e intimidaciones a periodistas por parte de la policía y otras autoridades y así lo denunció Amnistía Internacional en su último informe publicado el pasado 23 de mayo”… 

Y enseguida agregó: “Encima de ello, las propias empresas periodísticas son agresoras de los comunicadores y de la libertad de expresión por motivos de orden laboral o económico y por ello advertimos que faltan medidas legislativas que ayuden a prevenir y solucionar el problema que aqueja a los comunicadores”… Esto viene a cuento y se actualiza, porque en el periódico Reforma acaba de ocurrir algo que confirma lo que denunció el diputado federal Marcos Aguilar Vega, pues el Consejo Editorial censuró un texto del articulista Juan Enríquez Cabot sin consulta alguna, lo que se consideró como franca censura a la libertad de expresión… Pero además, esta agresión sacudió las entrañas del cuerpo de colaboradores de ese periódico y se produjo la desbandada que hoy se comenta en el mundillo político-periodístico, pues comienzan a circular versiones sobre algo muy delicado respecto a los salarios y demás prestaciones a columnistas… ¿No se confirma también lo que hemos sostenido en esta Grilla en el Poder, en el sentido de que las agresiones a los periodistas empiezan en su propia fuente laboral?… De esto habrá más…