Cuando se aproximaban las elecciones para el relevo de gobernador en Sonora y en la delegación Cuauhtémoc, en el Distrito Federal, los ganadores de ambas posiciones, la priísta Claudia Pavlovich y el morenista Ricardo Monreal Ávila, hicieron todo tipo de promesas a los electores…
La primera aseguró que si encontraba irregularidades en la administración que encabezó el panista Guillermo Padrés, actuaría hasta las últimas consecuencias y está cumpliendo, pues de un momento a otro se espera que la Procuraduría General de la República anuncie una importante acción que sacará chispas… Señales de este asunto las han enviado los propios panistas, entre ellos algunos legisladores federales, quienes se comienzan a deslindar del ex gobernador sonorense y advierten que si hay algo Padrés tendrá que pagar por sus faltas… Caso contrario es el del delegado en Cuauhtémoc Ricardo Monreal Ávila, ex priísta, ex perredista, ex petista, ex gobernador de Zacatecas y ahora ferviente adorador del dueño de MoReNa, Andrés Manuel López Obrador… Recuérdese que este curioso político zacatecano no se cansó de denunciar la brutal corrupción que detectó en la delegación Cuauhtémoc y juró que llamaría a cuentas a su antecesor perredista Alejandro Fernández… Nada ha hecho y ya lo consideran el demagogo más profesional que ha llegado a la demarcación… De esto hay mucho que contar, porque llegan versiones interesantes de lo que está haciendo Monreal por órdenes del llamado “peje”…