Si las señales que llegan a nuestros sabuesos informativos van en dirección correcta, el empresario mayoritario en Televisa, Emilio Azcárraga Jean, está sufriendo las de Caín por ese escándalo en el que metió a su emporio el conductor del programa estrella de noticias, Joaquín López Dóriga… 

Lo que se maneja en el ámbito de la confidencia, refiere que el asunto del comunicador es de carácter personal, derivado de los manejos de su esposaTeresa Adriana Pérez Romo, con la poderosa empresaria María Asunción Aramburzabala… El caso es harto conocido por la opinión pública y aunque esta mujer, considerada la más rica de México, también tiene acciones en el Grupo Televisa, en donde es vicepresidenta del Consejo de Administración, el problema no tendrá mayores consecuencias, pero sí marcados y tronantes desprestigios... Por lo tanto, téngase por seguro que el pleito entre las mujeres no prosperará en tribunales y habrá acuerdo con la intervención directa de otro próspero empresario de la industria del bísquet y actual jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa… Pero lo que no perdona Azcárraga Jean, es el desprestigio que le alimentó a su televisora la actitud de López Dóriga, pues al ser exhibido como influyente, manipulador y todopoderoso, suma, revive y agudiza odios, desprecios y rechazos de muchos mexicanos, sobre todo entre los simpatizantes de la izquierda… Y vaya que tiene razón, de ahí lo creíble de que ya se esté considerando en Televisa aprovechar el asunto para operar un parteaguas en ese sentimiento de la nación… ¿Se atreverá Azcárraga?... Ya veremos…