El delegado perredista de Iztapalapa, Jesús Valencia, quien vive en el pedregal de San Ángel, y quien al inicio del caso Ayotzinapa denunció que la PGR “sembró” en su delegación a la llamada pareja imperial (el alcalde de Iguala, José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda) denunció en su momento que todo fue un teatrito de Jesús Murillo Karam para pegarle al PRD…
Pues ahora resulta que la noche de la segunda posada, el delegado Jesús Valencia chocó cuando viajaba en su camioneta blindada y se dirigía a su casa en el Pedregal de San Ángel –no en Iztapalapa donde manda-... El problema no es ¿cómo ocurrió?, ¿qué pasó? ¡No!... El asunto es que libró todo y el episodio quedó en una anécdota, cuando, cualquier otro ciudadano hubiese sido objeto de extorsión por parte de la policía capitalina, de la policía ministerial y del ministerio público… Todos estos funcionarios públicos habrían ganado una lanita para cubrir los gastos de la cena de Navidad y la compra de juguetes, pero, como fue el delegado, el político, el poderoso quien se ampara con la misma ley que él impone a su pueblo, pues, todo quedó en una notita que se perderá entre los casos de Ayotzinapa, las fosas de Iguala, el basurero de Cocula, la matanza entre guardias rurales de Michoacán y, entre el nacimiento de Jesús, (pero no de los Chuchos).