Si muchos mexicanos no se percataron de las acusaciones que le hicieron los diputados del Partido del Trabajo, encabezados por Gerardo Fernández Noroña, al presidente Felipe Calderón, con el despido de la periodista Carmen Aristegui del noticiero radiofónico, el asunto tomó dimensiones de escándalo internacional…
Y es que, como se sabe, los legisladores federales petistas exhibieron una manta en el salón de sesiones para acusar al presidente Calderón de “borracho”, lo que momentáneamente pasó desapercibido entre casi todos los mexicanos… Pero cuando los Vargas, propietarios de la estación de radio donde trabajaba la periodista, la despidieron por difundir la información, el asunto creció y no sólo millones de mexicanos, sino que en casi todo el mundo la imagen de ebrio del Presidente de México corrió como pólvora encendida… Flaco favor le hicieron los dueños de esa radiodifusora a Calderón… ¿O no?...