El presagio se cumplió. Ni unidos, ni sinceros. El precandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador impone su ley y su hijastro político, Ricardo Monreal Ávila, la cumple a cabalidad…

Reflejo de esto es la conformación del equipo para la lucha electoral y la manga ancha que se le está dando al nada prestigiado René Bejarano Martínez, encarcelado por extorsionar al empresario argentino Carlos Ahumada… Pero esto no tendría la mayor importancia, porque son igual de cínicos que los priístas y panistas, -ejemplos hay muchos y recientes-, de no ser porque la orden de López Obrador fue no dar nada a la gente de Jesús Ortega Martínez… Por lo tanto, el rompimiento entre las “tribus” aztecas está a la vista y se da por hecho que con Marcelo Ebrard Casaubón a la cabeza sumergida, el grupo de los “chuchos” operará en las próximas elecciones a favor de la candidata que postulará el PRI al gobierno del Distrito Federal… Así las cosas, agárrense perredistas para perder el último bastión electoral que les queda y prepárense priístas para volver por sus fueros en la capital del país… Y si no, al tiempo, porque difícilmente López Obrador enderezará el rumbo…