A pesar de que la ayuda económica que otorga el gobierno del Distrito Federal a los viejitos que viven en esta ciudad ya es ley, el jineteo de ese dinero lastima a cada vez más adultos mayores y sufren las consecuencias de los corajes que hacen por el constante retraso de su dinero…

 

Constancia de este lacerante fenómeno se dan los días en que acuden a cobrar lo que por ley les corresponde y hay testimonios de que hasta algunos gerentes bancarios les dan dinero a los viejitos que entristecen cuando se les comunica que no ha llegado la remesa… “Señor, es que ya no tengo para el camión de regreso a mi casa, ahora que voy a hacer”, palabras de algunos viejecitos expresadas ante un gerente de un banco ubicado en la zona de la colonia Gurrero, en el Centro Histórico de la ciudad de México… A esto se suma lo que acaba de declarar la investigadora de la Universidad autónoma Metropolitana, Olivia López Arellano, quien sostiene que la ciudad de México se ha convertido en un espacio adverso para la vida placentera y disfrutable…“Aquí no hay tiempo de sociabilidad tranquila para sus habitantes, particularmente para los adultos mayores, por el carácter agresivo de la urbe que les dificulta el desarrollo de una vida digna”… Pero en el discurso de la demagogia, los políticos se aferran a que todo está bien y cada vez hay mejores condiciones de vida…