El martes pasado el colega Francisco Garfias propinó tremenda tunda en su columna de Excélsior a dos influyentes funcionarios del Senado de la República…
Se trata de Rodolfo Noble San Román y Juan Francisco Omaña Villa, mandamás administrativo el primero y mandamás médico el segundo… Nada nuevo aportó el prestigiado columnista, todas las marrullerías están difundidas, pero hizo un cuestionamiento interesante: ¿Quién está atrás de todo ese bandidaje que ha permitido tantos años de impunidades?... Y la respuesta es clara y contundente de quienes leyeron la columna: El protector directo es el líder de los senadores priístas Emilio Gamboa Patrón, quien además les tiene atadas las manos a los otros mandamás del Senado, el perresdista Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta, y el panista Jorge Luis Preciado Rodríguez, ambos líderes de sus respectivas bancadas… No hay otra explicación, porque el botín de los funcionarios mencionados, denunciado periodísticamente desde hace años en diversas tribunas de prensa, incluida ésta cada vez más referente Grilla en el Poder, asciende a muchos millones de pesos y ha sido una cadena de favores entre administrativos y legisladores en la que impera la tradicional amenaza de que “si me corres no me voy solo”… Cuestión de reflexionar que Gamboa Patrón fue senador en la 58 y 59 Legislaturas, del 2000 al 2006 y desde entonces comenzó a construir todo lo que aprendió en la carrera de licenciado en relaciones industriales… En ese mismo año del 2006, y hasta el 2009, trabajó como diputado federal y líder de su bancada y desde ahí controló lo que dejó en el Senado de la República, porque sabía que en el 2012 regresaría por sus fueros y lo cumplió, pues su gestión en ese multimillonario órgano parlamentario acaba hasta el 2018… ¿Ahora se entiende todo?... Y lo que falta por salir a la palestra… Estaremos pendientes…