Tal parece que Marcelo Ebrard Casaubón no quiere asimilar que su tiempo político se acabó, porque ya no tiene cabida en ningún partido y mucho menos tiene posibilidades de que sea postulado a algún cargo de representación popular, aunque en algunos frentes se afirme lo contrario…
Y tampoco parece darse cuenta que al término de su mandato, el 4 de diciembre de 2012 y con nuevo jefe de gobierno del Distrito Federal, inició el descenso de su carrera política y en lugar de llevar la fiesta en paz colaborando, intentó presionar al nuevo clan de poder capitalino… Pero mucho menos imaginó que las fricciones y el distanciamiento con el burgués Miguel Ángel Mancera Espinosa serían de inmediato… Más aún, tampoco pensó que al interior del Partido de la Revolución Democrática se la acabaría la influencia que tuvo durante su gestión, a grado tal que prácticamente está menospreciado y vilipendiado por las distintas corrientes que pululan en las filas de ese partido, por mucho que aparente ser querido y aparezca en la foto con los chuchos, quienes solo lo están exprimiendo con una estrategia que pronto asomará las verdaderas intenciones políticas… Alguien debería decir a Ebrard que su futuro es más negro que el amarillo que compone el logo del perredismo y más vale que se aliste para lo que viene, porque ya ni el espíritu del chapulín colorado lo podrá ayudar… Recuérdese lo ocurrido con la supuesta todo poderosa Elba Esther Gordillo Morales… Y si no, al tiempo…