Llegan versiones de que un sobrino de monseñor Enrique Glennie, rector de la Basílica de Guadalupe, hace negocios con los actos que se efectúan en la plaza monumental, pues cobra alquiler y banquetes a su arbitrio…
Ejemplo de ello es que por el Centenario de la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM), se le encargaron y pagaron comidas para 400 personas para el 3 de agosto… Al prever los promotores que sólo requerirían 120, le avisaron 8 días antes, más que suficientes para reducir cubiertos sin perder nada… Pero el sobrino cobró todos y nadie dijo ni pio… Vaya pues, en la Iglesia también hace aire corrupto… ¿O no?...