El presidente Enrique Peña Nieto tardó dos horas en hacer la reseña de lo que fue su tercer año de administración y aunque reconoció como certeras las estadísticas del Coneval, en el sentido de que en su gobierno hay dos millones más de pobres, no se ocupó de otra pobreza: La injusticia laboral que sufren decenas de miles de trabajadores…
Olímpicamente el inquilino de Los Pinos ignoró que en las juntas locales de Conciliación y Arbitraje de todo el país hay miles de demandas laborales ganadas por los trabajadores, pero que no pueden ser cobradas las justas indemnizaciones por la brutal corrupción con que funcionan esos tribunales laborales… ¡Ah!, pero en solitario párrafo se congratuló, con marcada satisfacción, de que en este tercer año de su gobierno no hubo ningún estallamiento de huelga, pero sin dar a conocer que esto es precisamente por el sometimiento a que son sometidos los trabajadores en las juntas de Conciliación y Arbitraje, desde donde se opera la esclavitud moderna en México y que tanto han denunciado algunos legisladores federales desde la tribuna parlamentaria… Esa realidad ¿quien la puede negar?… Que quede para la reflexión…