Sin llamar a licitación, como lo ordena la ley reglamentaria, el Senado de la República concedió un contrato para la compra de cámaras internas de vigilancia, con un costo de 60 millones de pesos…

Esto no tendría la mayor importancia, de no ser porque los propios senadores suben a tribuna para acusar y denunciar a los tres niveles de gobierno de corruptos por no respetar la norma en las adquisiciones, sistema por donde la corrupción engendra una red de desvío de dinero que pertenece al pueblo… De acuerdo con los informes que llegan a nuestros sabuesos informativos, la empresa a quien se otorgó el contrato para la compra de las cámaras es de nueva creación, asunto del cual posteriormente abundaremos, porque hay sospechas de que en el Senado se construye una brutal red de malos manejos por encima de la norma legal… Estaremos pendientes, porque mientras en algunas áreas se despachan con la cuchara grande, en otras los trabajadores tienen cuatro años que no reciben uniformes… El asunto, pues, resulta interesante porque las actitudes de los legisladores contrastan con todo lo que recitan cuando suben a tribuna a exponer hechos de corrupción…