Hace unas semanas difundimos aquí las diversas formas que se está dando para el tráfico de órganos en México y el silencio que se guarda en las instituciones sobre éste tema…

Pues nos llega otro informe de lo que ocurre con este “mercado” clandestino de partes del cuerpo humano… El pasado 29 de mayo, en el Hospital General de la Secretaría de Salud de Chihuahua. Irma Escobedo donó su riñón para su hija Perla de 14 años de edad, porque sufre de insuficiencia renal de nacimiento… Al momento de la cirugía del trasplante, los médicos suspendieron la operación con el argumento de que la menor tenía unas venas tapadas y ponía en riesgo su salud… Horas más tarde, la madre preguntó dónde estaba el riñón y lo asombroso, ningún médico le supo contestar qué fue lo que pasó con el órgano… Triste y lamentable situación de lo que ocurre en los hospitales públicos. ¿Nefato al necesario?... Supuestamente  La Procuraduría General de la República ya investiga… Que quede para la reflexión y ¡aguas! con los delincuentes de bata blanca…