En Estados Unidos mentir les costó el puesto a dos presidentes que, fuera de eso, eran de los mejores: Richard Nixon y Bill Clinton…
El pecado de fondo de ambos no fue espiar ni andar de pitoloco, sino mentir… En cambio, en México somos un auténtico país de cínicos y claro ejemplo de ello es lo que respondió el ex presidente Vicente Fox Quesada cuando le preguntaron la razón por la que había mentido en su campaña presidencial… Con su característica fanfarronería dijo sin empacho: “Si no lo hubiera hecho no hubiera ganado la Presidencia”… Y nada pasó, nadie dijo nada y todo siguió como si nada, el pueblo aceptó esa respuesta porque la infracultura de una mayoría ve normal mentir a los políticos y gobernantes… Bueno, hay hasta quien pregona que es necesario, o hasta mejor, dejar que esa especie de mexicanos mienta… Esto viene a cuento por lo que se escucha en el mundillo político mexicano, donde los propios actores comentan, reconoce y aceptan, que los medios de difusión masiva pueden seguir publicando saqueos del erario público y nada pasará, siempre será lo mismo, se irán unos y llegarán otros a llenarse las bolsas de dinero del pueblo… ¿Y por qué salió el tema?, se preguntará usted, grilloso y curioso lector, pues por lo que el senador panista Roberto Gil Zuarth respondió este lunes cuando le preguntaron por los préstamos que se le hicieron en el Senado de la República a Juan Ignacio Zavala, hermano de la ex primera dama del país, Margarita Zavala de Calderón… Al respecto Gil Zuarth intentó aclarar: “No hay nada de polémica, yo le presté de mi bolsa 300 mil pesos a Juan Ignacio y se trata de mi dinero, no del dinero de la bancada panista”… ¿Usted le cree?...