La orden salió de la oficina de Federico Bracamontes Baz, propietario del periódico Diario de México: “Controlen y monitoreen todas las llamadas telefónicas que entren a la redacción… El argumento del rabioso empresario es que, según supone, se está fugando información de la empresa… Y los trabajadores se preguntan: ¿”pos qué esconderá”?...