Tremenda rabieta hicieron este jueves los propietarios de los hoteles contiguos al nuevo edificio del Senado de la República…

Y es que ni los electricistas, ni los maestros y ni las alebrestadas huestes de Andrés Manuel López Obrador, cumplieron su amenaza de bloquear todos los accesos del recinto parlamentario… Esto provocó que tanto reporteros que cubren esa “fuente”, como legisladores y demás personal, desocuparan de inmediato las habitaciones contratadas para todo el fin de semana… Ni hablar, no hubo negocio…