Ante el inminente riesgo de extinción que pesa sobre las zonas chinamperas de Xochimilco y Tláhuac, la Diputación Permanente de la ALDF, exhortó al Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard, al Director General de la Comisión Nacional del Agua, José Luis Luege Tamargo y a los Jefes Delegacionales involucrados a elaborar de manera conjunta un Plan Maestro para su rescate y conservación.
A través de un Punto de Acuerdo, presentado por el panista Jorge Palacios Arroyo, Vicepresidente de la Comisión de Desarrollo Metropolitano, aprobado de urgente y obvia resolución el legislador recordó que los diferentes esfuerzos para procurar la conservación del entorno lacustre, entre ellos la de la Unesco, con la declaración de las chinampas de Xochimilco como Patrimonio de la Humanidad, han sido insuficientes.
Es necesario, solicitó, que las autoridades aludidas trabajen conjuntamente en la elaboración del Plan Maestro de Rescate y Conservación de la Zona de Lagos en Xochimilco y Tláhuac, cuyos canales originalmente eran alimentados por manantiales que hoy han quedado exhaustos o se han desviados hacia el desagüe.
“El Plan Maestro, sugirió Palacios Arroyo, deberá considerar la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales que mejoren la calidad del recurso de la zona aludida. Una red de drenaje sanitario en la periferia de los causes para evitar la descarga de residuos orgánicos (aguas negras) a los canales”
Urge reforzar los bordes de los cauces con la plantación de árboles “huejote” apropiados para evitan desbordamientos. Una acción más es la reforestación de la zona aledaña a los canales con especies frutales propios de la región, como el ciruelos, higueras y chabacanos.
El legislador panista recordó la importancia cultural y que para el turismo tienen ambas regiones, ya que Tláhuac recibe anualmente cerca de 100 mil visitantes sólo en la semana anterior al Día de Muertos y miles más el 1 y 2 de noviembre. En tanto Xochimilco aloja las chinampas, que son el testimonio de una antigua técnica agrícola mesoamericana que fue desarrollada y compartida por varios pueblos del Valle de México, además de los paseos obligados en las trajineras por sus causes.