Rubén Escamilla, ex delegado en Tláhuac que exigía favores sexuales a las mujeres a cambio de ascensos, llegó a diputado local de la Asamblea Legislativa del DF del PRD, porque este partido no hizo caso de las denuncias en su contra.
No extraña, pues hace tres años el PRD hizo diputado federal a Julio César Godoy, de conocidos nexos con el crimen organizado. Lo introdujo con trampas a la Cámara de Diputados para hacerlo protestar y protegerlo con el fuero. Al ser desaforado porque la PGR presentó una denuncia muy bien fundada, le ayudó a huir y es prófugo de la justicia.
No es la primera vez que el PRD lanza a delincuentes a cargos de elección popular; hace cuatro años postuló de candidato a gobernador de Quintana Roo, después de hacerlo alcalde de Cancún, a Greg Sánchez, a quien no se le otorgó el registro como tal por denuncias de la PGR de lavado de dinero y tráfico de drogas y personas.
Escamilla protestará como diputado en estos días y será protegido con el fuero legislativo, porque la tribu del inefable René Bejarano lo necesita y tiene el grupo más fuerte en la ALDF.
Este reconocido delincuente sexual, legislará protegido por el fuero y la inmunidad que le otorga el PRD, burlará las denuncias que sus víctimas presentaron en su contra y podrá sumar más víctimas.