En la Ciudad de México, el consumo de estupefacientes representa un “flagelo cotidiano”, pues de acuerdo con una encuesta sobre adicciones en estudiantes, el 25 por ciento de los alumnos de secundaria y bachillerato ha probado algún tipo de droga como la marihuana, cocaína, crack y alucinógenos, aseguró el diputado Leobardo Alcalá Padilla.
El secretario de la Comisión de Salud informó que el 60 por ciento de los alumnos de esos niveles ha consumido alcohol alguna vez, por lo que es necesario establecer una política social adecuada, inclusiva y eficaz para prevenir el uso de drogas lícitas e ilícitas entre la población menor de edad.
A través de un punto de acuerdo que presentó en la Comisión Permanente, indicó que el consumo de marihuana ha tenido un crecimiento palpable en el último año, siendo Azcapotzalco la delegación con mayor incidencia, seguida de la Cuauhtémoc y Álvaro Obregón, a nivel secundaria, y Benito Juárez y Magdalena Contreras en el medio superior.
La encuesta de consumo de drogas en estudiantes de la Ciudad de México 2012 del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñizla detalla que la delegación Tláhuac muestra un alarmante consumo de crack, mientras la aspiración de cocaína en los últimos doce meses creció 0.8 puntos porcentuales, de 1.7 a 2.5 por ciento, refirió el legislador.
Mencionó que la Ciudad de México es un lugar de alto riesgo, debido a que se conjugan factores para el crecimiento del consumo de drogas, tabaco y alcohol, “por su disponibilidad, un mercado en expansión constante y una población joven que toma riesgos”.
La edad de inicio en el consumo de drogas en la capital del país es de 12 años, por lo que se requieren políticas públicas que prevengan efectivamente esta situación, sobre todo cuando casi un 12 por ciento de los estudiantes de nivel medio superior necesita tratamiento por consumo y adicción a las sustancias, añadió.
El diputado Leobardo Alcalá subrayó que existe un bajo nivel de percepción de riesgo y alta tolerancia social ante el uso recreativo del tabaco y alcohol, los cuales son precursores importantes del consumo de drogas más duras.
De ahí, la necesidad de exhortar al Jefe de Gobierno del Distrito Federal para que establezca una política social adecuada, moderna, inclusiva y eficaz para prevenir el consumo de drogas entre la población menor de edad.
Puntualizó que en este esfuerzo deberá incluirse la capacitación a padres, maestros y cualquier persona que juegue un rol en la crianza de los hijos para estimular en ellos relaciones positivas y saludables.