Motivada en el fulgor áureo de la identidad universitaria, María Beatriz de la Mora Mojica, investigadora posdoctoral en el Instituto de Física (IF) de la UNAM, trabaja en el sincretismo de nanopartículas de oro con silicio poroso, en la búsqueda de nuevas aplicaciones.
El interés está abocado al funcionamiento e interacción de esas sustancias para obtener información destinada a grupos de trabajo especializados, que podrían capitalizarlo en acciones y mecanismos útiles con impacto social, señaló.
“Me interesa mejorar las propiedades ópticas del silicio, las aplicaciones en dispositivos optoelectrónicos y, a largo plazo, en la realización de biosensores y desarrollo de sensado en materia biológica”, abundó.
Al impartir la conferencia Estructura del silicio poroso y sus aplicaciones, en el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM, De la Mora explicó que el silicio es uno de los materiales más abundantes en el planeta, se encuentra en la arena, por ejemplo, y se utiliza en varios campos, incluido, los dispositivos y aparatos electrónicos.
También, puede emplearse para fabricar filtros y espejos de concentración solar, como se hace en el Centro de Investigación en Energía (CIE) de la UNAM, donde buscan obtener materiales más eficientes y baratos para el almacenamiento de energía.
El estudio denominado Modificación óptica del silicio poroso mediante nanoestructuras de oro, dirigido por Alejandro Reyes Esqueda, y con el que De la Mora espera obtener su posdoctorado, tiene en la unión del silicio con las nanopartículas de oro, la parte más complicada de la investigación, pues la superficie del primero es hidrofóbica y eso dificulta que la solución que contiene las nanopartículas entre al silicio poroso.
“Ahora tengo el material y una gran parte de la caracterización óptica; el siguiente paso es mejorarla, hacer depósitos más homogéneos y conocer de mejor manera cómo interactúan, no sólo medir qué ocurre con el oro o sin él, sino qué sucede si están juntos, cómo uno afecta el comportamiento óptico del otro. Una vez que lo entienda, sabré cómo modificarlas para aplicaciones más precisas, por ejemplo, el sensado biológico”, precisó la doctora en Ciencias e Ingeniería en Materiales.
El trabajo de De la Mora representa un eslabón en el desarrollo de dispositivos que puedan generar beneficios desde el campo de la tecnología, hasta el biomédico.
“Podría considerarse en mediciones de bilirrubina o colesterol en sangre de una manera mucho más simple; de la misma forma, desarrollarse un detector de glucosa en saliva y lograr, incluso, un tratamiento potencial contra el cáncer de mama, como el que ya experimentan investigadores estadounidenses con las obleas de silicio y oro”, concluyó.