Las acciones emprendidas en el estado de Yucatán hace cuatro años –como la creación del Sistema de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico del Estado (SIIDETEY) o la construcción del Parque Científico y Tecnológico de Yucatán–han ayudado a impulsar la colaboración entre los científicos y las instituciones, y a coordinar la infraestructura para el desarrollo de proyectos dirigidos al bienestar de su población.
La Revista de la Academia de Ciencias de Nueva York publicó recientemente un artículo firmado por el director del Parque Científico y Tecnológico, Alfonso Larqué Saavedra, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y el secretario de Educación del estado, Raúl Godoy Montañez, en el que se destaca el caso de Yucatán como ejemplo de los esfuerzos realizados a partir de una política local para impulsar el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Los autores subrayan el apoyo del gobierno estatal en la creación del SIIDETEY con el objetivo de “facilitar que se desarrollen conjuntamente proyectos de investigación para atender temas locales de prioridad para Yucatán y servir como interlocutor con el gobierno del estado y otras agencias nacionales e internacionales para obtener el financiamiento necesario para impulsar el desarrollo de la ciencia y la tecnología”.
Con este propósito, en 2008 el sistema fue creado con la participación de 10 de las instituciones más importantes del estado en ciencia y tecnología; entre ellas la Universidad Autónoma de Yucatán, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y el Instituto Tecnológico de Mérida.
“En un principio, el SIIDECTEY definió los campos de investigación prioritarios para el estado, como cultura Maya, desarrollo costero, agua, salud, alimentación, educación, energía y hábitat. También se identificaron temas centrales de interés local para cada uno de esos campos”, señalan los autores.
Actualmente, Yucatán destaca a nivel internacional por contar con sitios de interés científico y laboratorios naturales; por ser uno de los centros cuna de la cultura maya; por la importancia del acuífero peninsular y la riqueza de su biodiversidad; así como por ser el lugar de estudio del cráter de Chicxulub, que, según se propone, fue formado hace 65 millones de años por el impacto de un meteorito que causó la extinción de los dinosaurios.
“El propósito del SIIDETEY es convertir a Yucatán en un polo para el desarrollo de la ciencia y la tecnología en el sureste mexicano, el Caribe y los países Centroamericanos, que atraiga a estudiantes y el establecimiento de empresas con base tecnológica”, apuntan.
El Parque Científico y Tecnológico de Yucatán está actualmente en su segunda etapa de construcción, tiene la finalidad de albergar a investigadores y estudiantes de distintas instituciones y disciplinas en espacios donde se establecerán laboratorios especializados y empresas de base tecnológica que den solución a las necesidades de la región.
Los seis laboratorios bajo la coordinación de instituciones como el CICY, Cinvestav y la UNAM buscan impulsar el desarrollo de tecnología e investigación científica para incrementar la competitividad en áreas como biotecnología, nanomateriales, ingeniería costera y energías renovables. También será financiado un Banco de Germoplasma, el primero en el caribe mexicano, con el objetivo de conservar e impulsar el desarrollo de especies vegetales de la región, como son el chile habanero, el henequén y el árbol de ramón.
“El financiamiento logrado para la ciencia y tecnología en Yucatán en los últimos cuatro años no tiene antecedente comparativo”, indican los autores. Este caso es un modelo a seguir, pues gracias a la creación del SIIDETEY, se ha podido fortalecer la investigación científica, la innovación, el desarrollo tecnológico y la promoción de una cultura científica en la sociedad.
Sobre este punto, Alfonso Larqué señaló en entrevista que el SIIDETEY cuenta con 20 millones de dólares para el apoyo a investigación científica de frontera, mientras que el Parque Científico y Tecnológico ha recibido en cuatro años 40 millones de dólares, recursos en su mayoría públicos, aunque ya se incorporó la primera empresa.
“De esta manera que el Parque, brazo armado del Sistema, está siendo atractivo para los sectores empresarial y social porque hay proyectos como el del chile habanero, producto emblemático del estado, incluye desde la denominación de origen, la producción de semillas registradas e identificadas, así como la siembra, cosecha y salida al mercado a través de la empresa IndiaMaya, lo que constituye un ejemplo de una cadena totalmente integrada”.