Integrantes del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM, desarrollan prototipos de bajo costo para aplicaciones médicas: un polisomnógrafo –instrumento que mide los ciclos y etapas del sueño por medio del registro de las ondas cerebrales y otros parámetros–, y un Holter para monitoreo cardiaco –aparato que registra los ritmos del corazón de forma continua–.
El primero ya está en proceso de validación en la Clínica del Sueño de la Universidad, con sede en el Hospital General de México.
El grupo del Laboratorio de Electrónica de esa entidad está encabezado por Sergio Quintana Thierry, quien explicó que en el mercado esos equipos son muy costosos porque son importados. “La meta es generar aparatos propios para instrumentar, por lo menos, a esta casa de estudios y a hospitales del sector salud”, a instancias como la Facultad de Psicología o el Instituto Nacional de la Nutrición, entre otros.
La función del polisomnógrafo es monitorear señales fisiológicas para diagnóstico de anomalías del sueño. De ese modo, registra señales encefalográficas, de movimiento ocular, expansión torácica y abdominal, ritmo cardiaco, oximetría de pulso (o saturación de oxígeno en sangre), ronquido, respiración y posición corporal, a través de 32 canales, explicó.
La determinación se realiza mediante un sensor óptico (dedal) que tiene dos emisores –uno rojo y otro infrarrojo–, y un fotoreceptor. La sangre tiene características diferentes si está oxigenada o no, y eso determina, por fenómenos de la transmitancia y la absorbancia de la luz, el grado de concentración de oxígeno en la misma.
Así, el médico puede detectar anomalías serias, porque si no se oxigena la sangre se pueden iniciar problemas a nivel cerebral, primer órgano que se alimenta con el fluido bombeado desde el corazón.
Los registros que se generan, durante por lo menos ocho horas continuas, se envían a una computadora, donde se almacena esa información. El monitoreo se hace en una sola sesión, y todas las señales se captan al mismo tiempo, precisó Quintana Thierry.
El equipo se puede conectar en cualquier computadora, vía puertos USB, y no se necesita ninguna interfase, únicamente cargar el software de adquisición.
Al analizar todas las variables, el médico puede hacer un diagnóstico. Por ejemplo, si alguien tiene apnea y/o ronca, significa que no respira bien y, en consecuencia, la sangre no se oxigena. Eso puede provocar cansancio o estrés, además de inhibiciones en el sistema inmunológico.
“O puede ocurrir que a pesar de dormir 10 horas nos sintamos cansados, porque no se alcanzan las etapas de sueño profundo. Eso también implica problemas que repercuten en el sistema inmunológico, que predispone a otras enfermedades”.
Luego de tres años de trabajo para la obtención del instrumento, que podría ser varias veces más barato que uno comercial, el prototipo es probado en la Clínica del Sueño desde diciembre pasado, donde se hacen estudios en paralelo con un equipo comercial, para verificar que las señales que se adquieren sean las mismas.
Los resultados son positivos porque “la etapa de adquisición de señales funciona adecuadamente”. Ahora se trabaja en las fases de análisis que requieren los especialistas de la Clínica para hacer un mejor diagnóstico, expuso el universitario.
Los especialistas de la Clínica expresaron a los integrantes del CCADET que hay muchas anomalías que no requieren un examen exhaustivo. En esos casos, se emplean los llamados “sistemas simplificados”, que registran sólo algunas de las variables: oximetría, expansión torácica, monitoreo respiratorio, ritmo cardiaco, posición corporal y ronquido.
Son sistemas mucho más simples, que el paciente puede llevar a casa. El estudio se almacena en una memoria que el médico revisa al otro día y hace un diagnóstico, dijo el investigador.
Los integrantes del Laboratorio de Electrónica ya tienen un buen avance de ese sistema simplificado, y se espera contar con el prototipo, incluido el software de adquisición y análisis, en un plazo corto. También será validado por los expertos de la Clínica del Sueño.
Monitoreo cardiaco continuo
Los universitarios también desarrollan un Holter para monitoreo cardiaco, que registra la actividad del corazón de una persona de forma ambulatoria. “No se hace como en la clínica, con el paciente en reposo”.
Quintana Thierry explicó que hay ciertas afecciones que no se presentan todo el tiempo: “puede ser que uno de repente tenga arritmias, taquicardias o bradicardias”. En esos casos, se requiere un sistema portátil, como un celular o una pequeña caja, que registra tres derivaciones electrocardiográficas durante, al menos, 24 horas seguidas.
Funciona al colocar electrodos en el pecho y al activar el instrumento; de inmediato comienza a registrar y almacenar datos, “en una pequeña pantalla se puede visualizar su funcionamiento. Luego, para optimizar la energía, debe apagarse la pantalla, mientras la información continúa su almacenamiento en una memoria, similar a la de una cámara fotográfica”.
El médico despliega la información en una computadora para ver los registros y analiza las anomalías que puede haber en ellos durante el día; por ejemplo, si se detecta una taquicardia a cierta hora, se le pregunta al paciente qué hacía en ese momento; si estaba en reposo, podría haber algún problema.
La principal ventaja de este Holter será su costo. “La idea será siempre buscar un equipo competitivo con los comerciales económicos (cuestan alrededor de 10 mil pesos), además de ser desarrollado con nuestra tecnología, y poder darle mantenimiento y servicio”.
Ya se crea un primer prototipo de pruebas, tarjetas y circuitos, así como la programación para la adquisición de la información, vía un microprocesador. Se espera que esté listo a finales de año; de inmediato será enviado a la Clínica para comenzar sus pruebas, finalizó Quintana Thierry.