El océano siempre está en constante movimiento y las corrientes oceánicas que transitan por todo el mundo generan, en algunos casos, fenómenos como las denominadas surgencias, un proceso de ventilación o reciclaje del agua de mar, de manera que el agua profunda asciende hacia las capas superficiales del océano y como la temperatura de dichas aguas es menor, son muy ricas en nutrientes permitiendo con ello la formación de zonas de pesca.

Este proceso ha sido estudiado alrededor del mundo debido a que provoca una riqueza marina sin igual. Sin embargo, se creía que las surgencias sólo se daban en aguas superficiales, y no es así. Investigadores del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) demostraron que este fenómeno también se da en la subsuperficie del océano del norte de Baja California, a unos 150 metros de profundidad.

La importancia de conocer este fenómeno y el periodo en el que se presenta durante el año permitirá tener una actividad pesquera con mayor rendimiento.

El doctor José Gómez Valdés, quien encabeza esta investigación, explicó que hasta antes de iniciar su estudio se sabía que en zonas donde hay surgencias costeras había una circulación de agua vertical, pero ninguna investigación oceanográfica, a nivel internacional, había observado que también esta circulación vertical ocurre en la subsuperficie.

El especialista en oceanografía física, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, comentó que el propósito, en un inicio, era conocer cómo operaba este fenómeno de surgencias costeras en épocas del año con vientos moderados, ya que el viento es esencial para que se dé este tipo de fenómeno. “Observamos que cuando se presentan las surgencias costeras en Baja California se generan dos circulaciones verticales”, una y a conocida, la que ocurre a nivel superficial,  y otra recientemente descubierta por el investigador.

“Encontramos que esta circulación se generaba por la presencia conjunta de una corriente superficial hacia el ecuador, provocada por el proceso mismo de surgencias, y de una contracorriente subsuperficial, cuyo origen aún es motivo de investigación. Lo novedoso fue hallar dos corrientes oceánicas, una que va sur-norte y otra norte-sur, dando lugar a una circulación subsuperficial como el de las manecillas del reloj”.

En la región costera de las corrientes limítrofes orientales, como la Corriente de California, la Corriente de Perú-Chile, la Corriente de las Canarias y la Corriente de Benguela, se dan las surgencias y el proceso elemental es el siguiente:

“Si estamos en la costa oeste de Baja California y el viento sopla del norte a sur -un evento que ocurre normalmente en la zona y el cual se denomina vientos del noroeste- aunado a la rotación de la Tierra, hace que el agua de la superficie del mar cercana a la costa vaya mar afuera produciendo una corriente extensa. Como en el océano no hay huecos, en nuestro equipo nos preguntamos cuál era la procedencia de esa agua y nos planteamos la hipótesis que ésta viene del fondo del océano donde los nutrientes están guardados, por lo que al llegar (subir) estas aguas vienen cargadas de nutrientes (nitritos y fosfatos). En la superficie el Sol actúa para producir más fitoplancton, lo que hace se active la cadena trófica del océano siendo este un fenómeno conocido, sin embargo, no se sabía que éste también se producía en zonas subsuperficiales”, explicó Gómez Valdés.

Para conocer la manera cómo asciende el agua, el grupo de investigación utilizando un barco elaboró un plan de observación cada cinco kilómetros para tener visualizaciones a pequeña escala. Lo que hizo la diferencia para conocer el fenómeno –y resolver la hipótesis- fue el uso de la teoría cuasigeostrófica, la cual ayudó a entender la circulación de la vertical y dilucidar las diferencias en el afloramiento de corrientes ascendentes y la relajación del comportamiento del océano.

José Gómez destacó la utilidad del uso de modelos matemáticos a través de computadora para poder procesar los datos  recabados en la observación y resolver las ecuaciones necesarias.

Dado que el origen de las surgencias está relacionado con la fuerza que ejerce el viento sobre la superficie del mar, la forma y orientación de la costa, y los rasgos del fondo sumergido, los investigadores analizaron la influencia de los vientos en dicho fenómeno considerando que los vientos más fuertes ocurrían en primavera, casi 20 metros por segundo, y los más débiles o cambiantes en invierno, por lo que pudieron concluir que este fenómeno se puede dar casi todo el año, excepto en invierno.

Esta metodología observacional ha permitido detectar este fenómeno en la subsuperficie del océano y los investigadores del CICESE están a la espera de que este fenómeno sea corroborado en otras partes del mundo donde también se dan las surgencias costeras.

La investigación de Gómez Valdés fue catalogada como un proyecto de éxito por CONACYT y los resultados han traído el interés de otras instituciones como el  Laboratorio de Propulsión a Chorro del Instituto de Tecnología de California (CAALTECH), que invitó al alumno de doctorado Héctor Salvador Torres, participante en esta investigación, a realizar un posdoctorado en dicha institución.