Un elevador diseñado en México que ahorra 90% de energía eléctrica, utiliza un motor de un caballo de fuerza y no se atora en caso de movimiento sísmico, será promovido y utilizado en el Parque Científico de la Ciudad de México para crear una empresa de base tecnológica.
Alberto Cornejo Lizarralde, del Instituto Politécnico Nacional, y Rodolfo Zamorano, de la Universidad Iberoamericana, crearon y patentaron el sistema que estará ahora en el Parque recientemente creado por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación del Distrito Federal que encabeza el doctor René Drucker Colín, ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.
“Un elevador convencional consiste en una cabina con un contrapeso y tiene un motor asociado que sube y baja el contrapeso. El peor movimiento es cuando el equipo está vacío porque hay que mover todo el contrapeso sin equilibrio”, explicó Cornejo Lizarralde.
“Lo que hicimos fue un diseño que adiciona a la estructura del elevador otro elevador sobrepuesto pero que tiene contrapesos variables tanto en la parte de la cabina como del contrapeso, y es posible moverlo siempre en equilibrio. Si en la cabina existe un sobrepeso de personas, se pone en efecto el contrapeso, es decir, todos los movimientos de subida y bajada se realizan aprovechando la gravedad, siempre aprovechando el contrapeso”.
De esta forma el equipo puede subir o bajar sin problemas, independientemente del número de personas que van hacia arriba o hacia abajo, ya que se invierte el efecto de la gravedad y el ahorro de energía es evidente pues, por ejemplo, un elevador convencional utiliza un motor de 15 caballos, mientras que el desarrollo mexicano se puede mover con un motor de un caballo de fuerza.
Cornejo Lizarralde y Zamorano Morfin, que trabajan desde hace algunos años con el Tecnológico de Monterrey, instalaron el primer prototipo de este equipo en una plaza comercial de la colonia Narvarte con muy buenos resultados y un importante ahorro de energía, pues los equipos están en línea y aprovecharon las instalaciones de un elevador convencional.
“La propuesta del doctor Drucker es instalar el elevador en el Parque y a partir de ahí hacer una comercialización ya profesional pues aún luce como un prototipo”, añadió Cornejo Lizarralde.
Basados en este principio, los especialistas desarrollan también un estacionamiento radial el cual permite que en un área de 20x20 metros cuadrados se pueden acomodar 87 automóviles, los cuales son movidos por un robot en una especie de dona.
“En un estacionamiento convencional, el 80 por ciento del espacio no es para colocar los autos, es para que éstos suban o bajen, para que se echen en reversa y maniobren en general, entonces de toda el área solo se utiliza un 40 por ciento”, explicó Cornejo Lizarralde.
Aquí –continuó- no necesitas grandes espacios, se puede diseñar hacia abajo en una especie de rueda de la fortuna que mueva los coches hacia abajo y abajo, algo útil para el centro de la ciudad donde el espacio es muy caro y hay problemas de acceso.
Para el proyecto del estacionamiento, los especialistas recibieron apoyo del Conacyt para elaborar el prototipo, mientras que para el elevador la inversión la realizaron en su totalidad los investigadores con recursos propios.
El Fideicomiso para el Ahorro de la Energía Eléctrica hizo pruebas de operación del elevador con buenos resultados y los usuarios han expresado su asombro por la forma como funciona este desarrollo.
“Nos dicen: ¿cómo lograron esto? (subir y bajar el elevador en equilibrio), pues esa es justamente la patente y el desarrollo. De hecho, el motor es estrictamente para seguridad y vencer restricción pero en el extremo podríamos subirlo o bajarlo sin motor”, finalizó Cornejo Lizarralde.