En la Cámara de Diputados se presentó el libro “Piedra filosofal Amoxtli Tlamatiliztli, obra del conocimiento”, de José Manuel Acamapixtli García Castillo, en el cual se analiza e interpreta el Calendario Azteca, bajo su perspectiva del cosmos y la mecánica celeste.
El autor explicó que se da el nombre de Amoxtli Tlamatiliztli o libro de conocimiento al Calendario Azteca por ser un gran libro de sabiduría escrito en piedra. “De ahí que también le nombremos Piedra filosofal, ya que nos deja una huella imborrable de nuestro origen cósmico, legado del conocimiento de nuestros antecesores”.
Este libro, detalló, da una visión real de nuestra tradición y cultura, que se proyecta de forma clara y sencilla, sin fanatismos ni idolatrías, sólo fundamentando la ciencia exacta de la naturaleza y el cosmos; además, trata de dar a conocer la mecánica celeste del mundo mágico y científico que forma parte de nuestra identidad.
Informó que es una interpretación nueva sobre la “piedra filosofal”, por lo que fue necesario considerar una serie de datos que enriquecen el documento para mostrar la visión de la tradición oral y los conocimientos astronómicos de nuestros antecesores.
El libro precisa cada símbolo que contiene el Calendario Azteca, enfatizó, como el rostro que aparece en el centro, el cual representa al señor de la tierra, Tlaltekuhtli, quien muestra en la boca el marcador del año solar, así como los rayos del sol que penetran en la tierra para que surja la vida y no como señala la visión convencional.
Otras interpretaciones, aclaró, nos muestran una cultura fanática y sacrificadora según se dice para que continuara la vida; sin embargo; para los guardianes del conocimiento antiguo dichas afirmaciones son aberraciones interpretativas que son aclaradas en la obra.
Este documento, añadió, explica de manera sencilla los errores en los que han incurrido al interpretar nuestras raíces e historia, por lo cual presentamos esta nueva propuesta de investigación.
Esta monumental piedra, resaltó, de base circular donde los atlantes Náhuatl escribieron nuestro origen solar, mide aproximadamente tres metros y medio y pesa cerca de 24 toneladas. Es una huella imborrable de nuestras raíces, indicó.
En su turno, el escritor Antonio Velasco Piña comentó que con la globalización los problemas no son locales, es decir, una epidemia o crisis económicas, políticas y sociales nos afectan, por lo que se requieren soluciones globales y adquirir una conciencia mundial que involucre la cosmogonía prehispánica para entender cómo el ser humano debe sintonizarse con el aprendizaje del cosmos.
“Si comprendemos el funcionamiento del cosmos podremos lograr proezas como las que obtuvieron nuestros antepasados sin alterar nuestros ecosistemas. Ahí está la importancia del libro”, concluyó.