La posibilidad de realizar películas, como obra personal, con cámaras digitales, se contrapone con la dificultad de colocarlas en el circuito comercial, afirmó el director, guionista y fotógrafo español Carlos Saura.
Es necesario un esfuerzo gigantesco para que las televisiones apoyen a directores jóvenes en la exhibición de sus trabajos, porque estar dentro del cine industrial es casi imposible, “me gustaría que el cine siga siendo el cine”, enfatizó.
En el marco de su investidura como doctor honoris causa de esta casa de estudios, el cineasta conversó con Sealtiel Alatriste, coordinador de Difusión Cultural, y Armando Casas, director del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, acerca de su visión del séptimo arte y trayectoria.
“Tenemos que luchar por nuestra obra. En lo personal, es el único camino que me interesa. Por suerte, en un milagro, porque cuando hice Los Golfos (su ópera prima) y pensé que nunca más haría otra película”, compartió.
Distinción
En la clausura de la tercera edición de la Cátedra Ingmar Bergman en Cine y Teatro, Guadalupe Ferrer, directora general de Actividades Cinematográficas, entregó la Medalla Filmoteca de la UNAM, al director español.
La presea, se entrega cada año a aquellos cineastas que han contribuido significativamente a la creación fílmica.
La distinción se otorgó a Carlos Saura por su talento creativo, que cristalizó en el pensamiento guía de la transición española hacia la democracia, y por el tenaz y luminoso acercamiento fílmico al espíritu popular expresado en el baile y la música.
Previo al encuentro, se proyectó La caza, cinta premiada con el Oso de Plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín, que proyectó al realizador ibérico en el ámbito mundial.