En el campo de la educación se han abierto nuevos temas para la indagación científica que surgen y evolucionan con la propia sociedad. Por esta razón, para la maestra Lourdes Chehaibar Náder, directora del Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es imprescindible impulsar más la investigación sobre la educación en todos sus niveles, tipos y modalidades.
“Lo educativo como fenómeno complejo, requiere de abordajes multi, trans y pluri disciplinarios y aquí deben intervenir de manera muy importante, pedagogos, filósofos, psicólogos, politólogos y sociólogos, entre muchos otros especialistas” explicó.
La investigación educativa se hace básicamente en las universidades del país como la propia UNAM, las de Guadalajara, la Autónoma de Nuevo León, la Autónoma de Yucatán; en instituciones científicas como el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, y en instituciones privadas como la Universidad Iberoamericana. Desde hace casi 21 años, el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE) se ha encargado de agrupar a investigadores que, hoy en día, suman poco más de 400, y organiza cada dos años un congreso al cual llegan miles de trabajos a dictamen.
Proyectos actuales para el desarrollo de la educación
Para la directora del IISUE la investigación educativa debe ser desarrollada con mucha fortaleza para generar bases de intervención sustentadas en el conocimiento de la realidad, por esta razón en el instituto que encabeza se desarrollan en promedio 140 proyectos de investigación por año.
Mencionó también que actualmente se trabaja en cinco áreas de investigación: 1) Políticas de la educación, en la cual se analizan la política educativa, la situación actual y la problemática del bachillerato, la política de la ciencia y la tecnología así como las políticas de evaluación, entre otros temas. 2) Diversidad sociocultural de la educación, que aborda, por ejemplo, el uso de las tecnologías en la educación, la organización institucional de los sistemas abiertos y a distancia, los valores, las identidades y el género. 3) Teoría y pensamiento educativo, donde se indagan, entre otros temas, las implicaciones conceptuales de los proyectos educativos, las corrientes de pensamiento o la educación ambiental. 4) Currículum, formación y vinculación, en el que se desarrollan proyectos como el seguimiento de egresados, las relaciones empleo-educación, formación de profesores o evaluación del aprendizaje. 5) Historia de la educación y la cultura, Área que atiende el transcurrir de las instituciones educativas en su contexto y en sus implicaciones socioculturales.
La tarea del docente como responsabilidad social
Evaluar la educación implica poner en juego conceptos, metodologías, supuestos y orientaciones, explica Chehaibar, y en este país es necesario que crezca la investigación educativa. La formación inicial y la actualización de maestros de educación básica implican una orientación hacia la investigación que les permita hacer una reflexión cotidiana de su quehacer.
“Si el profesor se forma en esa mirada que hace del ejercicio docente lo que es: una tarea intelectual, no un ejercicio mecánico, la investigación va a crecer porque investigar lo educativo implica interrogar la realidad de manera constante y tener un método para hacerlo. Un buen maestro que tenga una perspectiva didáctica clara hace eso. Se pregunta qué pasa en su salón de clase, en el contexto y en la comunidad” subrayó.
Mencionó que la Universidad Nacional Autónoma de México tiene un liderazgo incuestionable, lo que implica también una gran responsabilidad con el país para orientar los esfuerzos a prioridades que puedan ser de beneficio social.
Respecto a la Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación, un ejercicio de consulta ciudadana organizado por la Academia Mexicana de Ciencias a finales de 2012 y principios 2013, mencionó que es muy importante que el tema más votado haya sido la educación, “puesto que la vida cotidiana hace que la gente reconozca la necesidad de la educación para abordar muchos problemas. Y la vida cotidiana se refiere a la convivencia, la cultura cívica, el respeto por el otro, algo que puede reconocer el sentido común”.
“Yo sí creo que impulsar políticas públicas que se orienten a lo educativo y al desarrollo de la ciencia y la tecnología nacionales, son vitales para el futuro de todos. Tenemos que comprometernos con iniciativas de este tipo (como la Agenda Ciudadana) de tal manera de ir creando precisamente eso: ciudadanía”, finalizó la investigadora.