Con un reconocimiento a la participación femenina por su presencia mayoritaria, el doctor José Franco, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), dio la bienvenida en la sede del organismo, a poco más de 400 universitarios participantes del XXIII Verano de la Investigación Científica, jóvenes estudiantes que se comprometieron a ser promotores de dicho programa en sus comunidades y centros de estudios, tras coincidir que pasar siete semanas haciendo investigación al lado de un científico ha sido una experiencia trascendental en su formación.
“Para la Academia es un privilegio tenerlos a todos aquí porque, lo sepan o no, ustedes representan el futuro de este país, un país que requiere gente bien preparada, entusiasmada por el conocimiento y que lo utilice para resolver los problemas nacionales”, afirmó.
Este año, el programa contó con mil 607 jóvenes becados, de los cuales el 55% fueron mujeres, informó Franco. “Ustedes están haciendo un poco de investigación en este verano para aprender de los temas que les interesan y les apasiona; esto, sin duda, es bueno para México, para ustedes y sus familias; obviamente, el país necesita gente como ustedes”.
El Verano de la Investigación Científica es financiado principalmente por la Secretaría de Educación Pública, la AMC y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y tiene como objetivo principal fomentar el interés de los estudiantes de licenciatura por la actividad científica en cualquiera de sus áreas: físico-matemáticas, biológicas, biomédicas y químicas, ciencias sociales y humanidades, ingeniería y tecnología.
Durante siete semanas de estancia en los más prestigiados centros e instituciones de investigación de país, los universitarios están bajo la supervisión y guía de investigadores en activo, quienes les permiten participar en alguno de sus proyectos.
Este año, 953 investigadores de todo el país recibieron en sus laboratorios y centros de trabajo a los jóvenes universitarios. Del total de solicitudes recibidas, el 54.7% fue aceptado, de dicho porcentaje, los estados que tuvieron un mayor número de alumnos participantes fueron Sinaloa, seguido de Tabasco, Jalisco y Distrito Federal, y, compartiendo el quinto lugar, Veracruz y Tamaulipas.
En el evento, el doctor Víctor Pérez Abreu, director del Verano de la Investigación Científica, informó que este año la cantidad de solicitudes aumentó respecto al periodo anterior (32% más), así como el número de alumnos aceptados (cien más hasta la fecha).
Debido a lo alentador de dichas cifras, Abreu invitó a difundir el programa y promover la ciencia hecha en México: “Escriban una historia con este guión y ayúdenos a difundir que en México hay ciencia aunque no siempre aparezca en las noticias. Sean nuestros promotores de este verano pues no hay mejor publicidad que la que se da de voz en voz.”
Por su parte, Benito Taibo, secretario técnico de la Coordinación Nacional de Becas de Educación Superior de la SEP, comentó a los universitarios que el 57.5% de las personas piensa que los científicos pueden ser peligrosos debido a sus conocimientos, según reporta la última Encuesta nacional sobre la percepción pública de la ciencia y la tecnología realizada en el 2011 por el Conacyt y el INEGI.
Por tal motivo les alertó: “En sus manos está la posibilidad de cambiar esta percepción, de enseñar y demostrar, desde el nivel más cercano que es la casa, por qué es importante la ciencia y para qué nos sirve”.
Y agregó: “Ustedes tienen la oportunidad, al estar con un investigador importante, de ampliar sus conocimientos y de entender más cercanamente qué significa trabajar dentro de la ciencia. Les encargamos mucho que aprovechen esta posibilidad, para que la ciencia sea considerada como lo que es, un reducto indispensable para salir adelante.”
Eugenio Cetina, director del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, hizo referencia al impacto que el Verano de la Investigación científica tiene en los jóvenes. “Habiéndome dedicado durante muchos años a la ciencia, tecnología y la educación superior de este país, conozco a centenares de jóvenes, a los cuales, la participación de este programa les cambió la vida: les permitió decidir su futuro, decidir su vocación y confirmar sus intenciones. Por eso los felicito por participar en este programa.” En la ceremonia, varios universitarios compartieron sus experiencias y aprendizajes a tres semanas de que finalice su estancia: “Lo que me dejó esta experiencia como lección es que con lo aprendido puedo apoyar a otras áreas, por ejemplo, yo estoy en un proyecto económico-administrativo y aunque soy del área de ingeniería, puedo colaborar con los conocimientos que tengo; es algo muy padre porque así todos compartimos información y unimos fuerzas para salir adelante”, dijo Nayeli Said, estudiante del Instituto Tecnológico de Orizaba, Veracruz.
Por su parte, Gabriela Sánchez Morales, alumna del Instituto Tecnológico de Villahermosa, Tabasco, quien realiza su estancia en el área de Posgrado de la Facultad de Química de la UNAM, compartió con sus compañeros: “Cuando llegué a la UNAM me di cuenta que tenía muchas deficiencias y eso me dio miedo, pero ahora que llevo varias semanas, ya soy una experta –dijo entre risas. Aunque aún no termina el verano, si tuviera que irme desde ahorita, diría que he aprendido mucho y que me voy con una bonita experiencia”.