El Investigador Emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Flavio Mena Jara, precursor de la escuela mexicana de endocrinología y considerado uno de los diez expertos más sobresalientes a nivel internacional en esta área de las ciencias biomédicas, falleció el pasado mes de diciembre.
Mena Jara fue fundador del Instituto de Neurobiología y del campus Juriquilla de la UNAM, en Querétaro. Enfocó su investigación científica de forma primordial a entender el complejo mecanismo neuroendrócrino de la lactancia. También realizó estudios sobre los mecanismos asociados a la regulación neural, central y periférica, y la interacción de las acciones hormonales con influencias reguladoras del sistema nervioso autónomo.
Por la calidad de su investigación y el impacto de sus aportaciones a la ciencia, fue invitado en varias ocasiones a colaborar con instituciones científicas internacionales como las Universidades de Berkeley y Tennessee, en Estados Unidos, y en la Unidad de Neurobiología del Instituto Nacional de Salud y de Investigación Médica (INSERM), en Francia.
Flavio Mena Jara (León, Guanajuato, 1938), se licenció como médico cirujano y obtuvo el doctorado en Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM. Fue investigador en el Instituto de Estudios Médicos y Biológicos, hoy Instituto de Investigaciones Biomédicas, y en el Centro de Neurobiología de la UNAM, que se convirtió en el Instituto de Neurobiología campus UNAM-UAQ, del cual fue director fundador.
El doctor Carlos Arámburu de la Hoz, coordinador de Investigación Científica de la UNAM, destacaba en un texto escrito en 2007 los aportes de Mena Jara en el avance de la ciencia, de manera particular en la regulación integrativa de la lactancia:
Mena –escribió el también fisiólogo- ha contribuido a aclarar varios de los mecanismos neuroendócrinos que regulan la secreción de leche por la glándula mamaria, además de describir los mecanismos que controlan la producción de la hormona prolactina durante la lactancia.
De acuerdo con Arámburo, entre sus hallazgos más importantes destacan la participación de algunas estructuras cerebrales sobre la secreción de las hormonas hipofisiarias y sus efectos sobre las funciones reproductivas; la descripción del reflejo de evacuación láctea; la participación de los estímulos que se generan en la relación madre/cría para el óptimo funcionamiento de la cascada neurohormonal que inicia y mantiene la lactancia; el desarrollo de modelos experimentales que le permitieron describir la influencia inhibitoria del sistema nervioso autónomo sobre la secreción de leche.
También hizo aportaciones a fin de entender los mecanismos de procesamiento molecular de la prolactina durante las etapas de síntesis, almacenamiento y secreción.
Entre los reconocimientos que recibió en vida por sus importantes contribuciones, se encuentran el Premio Universidad Nacional en Ciencias Naturales y el Premio Nacional de Ciencias y Artes. También fue nombrado Investigador Emérito de la UNAM y del Sistema Nacional de Investigadores. Formó parte del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República, y presidió la Sociedad de Ciencias Fisiológicas. En 2009 fue reconocido con el Premio Ciudad Capital: Heberto Castillo Martínez.
También recibió el Premio de la Academia de la Investigación Científica, hoy Academia Mexicana de Ciencias, que en abril del 2012 lo distinguió como Miembro Titular, el grado de reconocimiento más alto que entrega la organización a los integrantes de su membresía.
Un homenaje póstumo realizado el pasado 15 de enero en el Centro Académico y Cultural de la Universidad Autónoma de México, campus Juriquilla, fueron el marco para recordar y resaltar una vez más el destacado trabajo de investigación que realizó el científico, hombre de compromiso, cultura y debate; de sólidas convicciones científicas y políticas; creativo y genuino, como destacaron amigos, colegas y discípulos en la ocasión.
La Academia Mexicana de Ciencias lamenta profundamente su fallecimiento.