En los últimos 30 años, la inercia, discrecionalidad y falta de atención son los rasgos distintivos del gasto en educación superior en México. Por ello, es necesario refrendar la responsabilidad constitucional del Estado en la rectoría, desarrollo y financiamiento de este sector, estableció Helios Padilla Zazueta, de la Facultad de Estudios Superiores Aragón (FESA), de la UNAM.
En el IX Seminario de Política Fiscal y Financiera. Políticas proactivas en el ámbito fiscal y financiero en la coyuntura actual, consideró que el gasto público en este ámbito debe incrementarse de manera sostenida, hasta alcanzar el 1.5 por ciento del PIB.
Además, el presupuesto debe ser plurianual y etiquetado como prioritario, con ejes claros para su distribución; la rendición de cuentas y transparencia en la asignación y ejercicio de los recursos, debe ser un requisito obligatorio, puntualizó en el auditorio Ricardo Torres Gaitán, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), de la UNAM.
En la mesa Las prioridades del gasto público y sus efectos sectoriales, sociales y ecológicos, subrayó que el financiamiento ha fluctuado en las últimas décadas, lo que no corresponde con los requerimientos del país. Esto sólo podrá resolverse con la confluencia de los poderes Ejecutivo y Legislativo, las administraciones locales y la sociedad civil, consideró.
El decano de la FES Aragón subrayó que la capacidad recaudatoria en México es muy baja, y las finanzas dependen de la renta petrolera, lo que sujeta al país a las vicisitudes de los mercados internacionales.
Es necesaria una reforma fiscal que permita obtener fondos para invertir en educación superior y salud, rubros que, por su alta rentabilidad, contribuyen significativamente al desarrollo económico de un país, destacó.
Panorama nacional
Los retos más importantes que afronta el sector educativo en México son la falta de oportunidades de la mayoría de la población para acceder a servicios de calidad y a los avances registrados en tecnología y comunicación, además de la falta de vinculación entre el conocimiento y el desarrollo económico.
Sólo uno de cada cuatro jóvenes, entre 18 y 24 años de edad, está inscrito en este nivel. Esta población escolar es absorbida en un 94 por ciento por programas de licenciatura y estudios equivalentes; el restante, está ubicado en el posgrado.
El experto consideró que la cobertura del 31 por ciento en este rubro, coloca a México lejos de los índices requeridos para lograr un cambio estructural, y contrasta con el 82 por ciento, registrado en Estados Unidos; 63 por ciento, en Italia; 60 por ciento, en Reino Unido, y el de Japón, del 54 por ciento, refirió.
Padilla Zazueta enfatizó que es necesaria una refuncionalización del Estado y establecer otra política económica en México. La vigente está agotada, debemos cambiar a un nuevo modelo, en el que la inversión pública esté orientada al desarrollo económico y al bienestar de todos los habitantes del país, concluyó.