Un relato engarzado con las voces de cinco especialistas abre nuevos horizontes sobre una región que ha pretendido ser definida “por lo que no tuvo o por sus diferencias con el centro del país”; se trata del libro Miradas renovadas al Occidente indígena de México, una de las novedades editoriales que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) presenta en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
El volumen renuncia “a definir lo que fue y ha sido el Occidente”, procurando subrayar las relaciones internas que se dieron en este vasto territorio, así lo señala la coautora de esta obra, Marie-Areti Hers Stutz, doctora en Arqueología e Historia del Arte, previo a la exposición de la misma este jueves 4 de diciembre en el Salón B de la Expo Guadalajara.
La visión integral de esta región, que comprende Michoacán, Jalisco, Colima, Nayarit, Sinaloa y una porción de la Sierra Madre Occidental, comienza desde siglos antes de nuestra era, indagando en la vida y la muerte expresadas en la cultura de Tumbas de Tiro, para aterrizar con una incursión en la realidad indígena actual, que permite apreciar la importancia del Occidente para abordar la gran complejidad del entramado cultural mesoamericano.
La publicación, coeditada por el INAH, la UNAM y el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, reúne ocho ensayos escritos por los expertos Ángel Aedo, Patricia Carot, Paulina Faba, Marie-Areti Hers y Verónica Hernández.
Es la maestra Verónica Hernández Díaz quien comienza este recorrido con el abordaje de Las formas del arte en el antiguo Occidente. Al respecto, anota que sus habitantes lograron desarrollar artes únicas en Mesoamérica a lo largo de más de 3,000 años. La belleza de estas obras nos une —dice— pese al tiempo, la distancia y las diferencias históricas.
Marie-Areti Hers comenta que términos como el periodo Formativo o Preclásico, en su connotación de primitivismo o atraso, aún siguen asociándose con la tradición de Tumbas de Tiro. “Este prejuicio llegó a tal grado que solamente hace tres décadas se reconoció la arquitectura monumental asociada a las Tumbas de Tiro”. Tal idea falsa también se rompe con este libro, destacó.
Otro planteamiento de Miradas renovadas al Occidente indígena de México es la narración de Patricia Carot en torno a la historia tarasca o purépecha, para lograr establecer una continuidad desde los lejanos orígenes Chupícuaro, antes de nuestra era, hasta el presente.
Con base en su amplia experiencia en el seno de un proyecto regional y colectivo —comenta Marie-Areti Hers—, Patricia Carot “modifica profundamente la historia que se conocía: por una parte, reincorpora milenio y medio a dicho pasado y, por otra, define el amplio espacio donde se desarrolló, teniendo como escenario los tres grandes lagos de Zacapu, Pátzcuaro y Cuitzeo, y la parte aledaña de la Cuenca del Lerma.
En los dos capítulos siguientes, la propia Marie-Areti Hers da continuidad a esta historia, al abarcar un periodo crucial, que va de 600 a 900 de nuestra era, marcado por la desaparición de la cultura de las tumbas de tiro, una profunda crisis en tierras purépechas y una reconfiguración política y cultural en todo el Occidente.
En su ensayo La Sierra Madre Occidental o el sendero del tolteca-chichimeca y del uacúsecha, la investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM documenta el ancho mundo donde puede insertarse la historia de esta región, desde América Central hasta la esfera del enigmático universo del Cañón de Chaco en Nuevo México.
En el tercer ensayo de su autoría, Hers Stutz profundiza en la antigua provincia de Aztatlán y sus lazos con el Centro de México. “Un fenómeno complejo que resultó en relaciones asombrosamente estrechas, en particular con Tula y la gran metrópoli artística y religiosa de Cholula”, refiere la arqueóloga, quien también replantea la pregunta del origen de los mexicas y la hipotética identificación de Aztlán con Aztatlán.
“Con el complejo Aztatlán vemos cómo el Occidente participó de este entorno cosmopolita denominado el estilo internacional o Mixteca-Puebla en el contexto de acontecimientos históricos, tales como la expansión territorial sobre la costa sinaloense y una red de relaciones sostenidas a través de distancias considerables”, explicó.
Finalmente, desde la experiencia etnográfica, la publicación abre dos ventanas sobre la vigorosa actualidad del mundo indígena, yendo a la Sierra Madre Occidental, a su extremidad meridional ocupada actualmente por los coras y los huicholes. A lo largo de los capítulos de esta obra, “se aprecia cómo pensar el pasado ha sido un eje central en la cosmovisión y las expresiones materializadas en obras de arte de las antiguas poblaciones mesoamericanas del Occidente”, concluye Marie-Areti Hers.