Predecir un terremoto con la mayor precisión posible es uno de los grandes desafíos para las actuales y las futuras generaciones, y para abonar a ese conocimiento “la cordillera de los Andes en un gran laboratorio natural que nos permite medir, auscultar qué es lo que está pasando para saber cómo está palpitando y así saber dónde se va a romper”, dijo en entrevista para la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), el investigador argentino Víctor Alberto Ramos, Premio México de Ciencia y Tecnología 2013.
El desafío que veo como geólogo, agregó, es poder conocer y aprender cómo se forman los Andes para poder predecir, con una cierta cantidad de años, la recurrencia de terremotos que pueden traer desastres a la sociedad: “Aunque en la cordillera hay muchas variables qué medir, sí podemos saber por dónde se va a romper, con este conocimiento se podría llegar a predecir los terremotos, no en indicar día y hora, pero sí saber qué segmento o placa está entrando en una peligrosidad que podría derivar en un terremoto en cierta zona”.
El doctor Víctor Alberto Ramos está de visita en nuestro país con una agenda muy activa, ofrecerá cinco conferencias sobre sus aportaciones al campo de la geología, en particular sobre el estudio evolutivo de la cordillera de los Andes, las primeras tres serán en la Ciudad de México, una en Veracruz y otra más en Mérida. Dos líneas de investigación que abordará dan nombre a sus conferencias: “El límite del Jurásico-Cretácico, un nuevo desafío geocronológico”, en la que planteará que el periodo geológico del Jurásico es cinco millones de años más extenso de lo que se pensaba. “Trataré de mostrar por qué es así a través de los datos duros en los que se sustenta esto, lo cual tiene connotaciones de conocimiento científico, pero también económicas”.
Otra de las conferencias titulada “Los Andes: una historia de terremotos y volcanes”, está enfocada a explicar el crecimiento de la cordillera de los Andes con base en la interrelación que hay entre el fenómeno y la estructura geológica. También hablará sobre las diferentes facetas de esa interrelación, una de ellas desde el punto de vista histórico; es decir, cómo se aprendió que eso era así, y “como admirador de Darwin, empezaré la historia con los datos que aportó al cruzar los Andes, desde entonces hasta nuestros días”.
La tercera línea de investigación del científico tiene que ver con la formación del continente, no solo de los Andes, sino la gran plataforma brasileña, la gran parte extra-andina que tiene Argentina “porque estamos aprendiendo que esta parte del continente se formó por la acreción, por amalgamiento de diferentes bloques continentales, aunque no hablaré de esto en estos días”.
El profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires e investigador superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, en el Laboratorio de Tectónica Andina del Instituto de Estudios Andinos “Don Pablo Groeber”, consideró que uno de los temas que marcaron su carrera es el descubrimiento de que gran parte de lo que ahora es Chile se encontraba separada por un antiguo océano hace más de 470 millones de años.
Esa porción de tierra fue bautizada como “Chilenia” y no era parte de la antigua Gondwana (bloque continental que resultó de la porción meridional de Pangea), sino que terminó colisionando contra esta y constituyó una gran cadena de formación de montaña.
Esta propuesta no fue bien recibida por la comunidad científica en la década de los ochenta, sin embargo, 25 años después del descubrimiento, Ramos fue nombrado miembro de la Academia Chilena de Ciencias y hace un par de años como miembro de la Academia de Ciencias de Brasil, ambos nombramientos por dichos hallazgos.
Relación con México
El científico argentino comentó que más que formar mexicanos “aprendí mucho de ellos”. La relación que he tenido con este país, sostuvo, comenzó a principio de los años 80: “La colaboración fue de geólogos a geólogos, tuvimos un programa hace años a través del cual realizamos reuniones en México, Chile, Nueva Zelanda, Australia, en varios países; y en eso los mexicanos tuvieron una participación muy activa, entre ellos Elena Centeno; es decir, fue una especie de comunicación científica más que de formación de estudiantes”.
Aunque en la actualidad no hay ningún proyecto de colaboración o trabajos en común, el doctor Ramos expresó que los Andes esperan a los mexicanos para llevar a cabo sus investigaciones y así recuperar el dinamismo que en algún momento se tuvo con el Sur de América.
Las conferencias que impartirá del martes 27 al viernes 30 de octubre son: “El límite Jurásico-Cretácico: Un nuevo desafío geocronológico”, en la Facultad de Ingeniería de la UNAM; “Los Andes: Una historia de terremotos y volcanes”, en El Colegio Nacional; “La tectónica de los Andes: nuevos y viejos paradigmas”, en el Instituto de Geofísica de la UNAM; “La subducción horizontal en los Andes: Su evolución a través del tiempo”, en la Universidad Veracruzana; y “La colisión de dorsales oceánicas en el margen continental: Procesos y consecuencias”, en el centro de Investigaciones Científicas de Yucatán.