La importancia de la medición de lluvia por medio de radares meteorológicos es crucial, pues gracias a ello podemos obtener información para prevenir desastres como inundaciones o desbordamientos, explicó el doctor Miguel Ángel Rico Ramírez, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Bristol, Reino Unido.
El investigador explicó que los radares envían una señal electromagnética de alta potencia y si alguna partícula de precipitación produce una reflexión al radar, ésta se puede trasformar en una estimación de lluvia. “Lo que mide el radar es una potencia reflejada a las partículas de precipitación, no mide la cantidad de lluvia. Esa potencia se traduce a lo que llamamos reflectividad, la cual depende del tamaño de la gota y ésta, a su vez, depende del tipo de precipitación”.
Durante la conferencia “Nuevas tecnologías y radares para estimar la precipitación”, impartida dentro del programa “Panorama Actual de las Ciencias Atmosféricas” que se llevó a cabo en el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) la semana pasada, Rico Ramírez dijo que los radares meteorológicos se empezaron a desarrollar a partir de la Segunda Guerra Mundial, cuando los especialista en analizar las pantallas de los radares se dieron cuenta que eran lo suficientemente sensibles incluso para detectar lluvia.
Existen tres tipos de frecuencias en los radares meteorológicos: banda-X de 10 GHz (un gigahercio se abrevia GHz y expresa la frecuencia de oscilación de una señal que equivale a 1 000.000.000 hertz), banda-C (5GHz) y banda-S (3GHz). La diferencia es que a mayor frecuencia (GHz), mayor resolución.
Con la llegada de los radares de doble polarización se lograron mayores beneficios para la identificación y mitigación del ruido o clutter (cualquier tipo de eco que no es debido a la lluvia como ecos de la tierra, del mar, de aviones, barcos, etcétera) los cuales pueden provocar una estimación de lluvia ineficiente. Por ello, el doctor Rico Ramírez insistió en la importancia de remover estos ecos en tiempo real para no afectar la medición de lluvia.
Toda esta información de métodos como la Predicción Meteorológica Inmediata (Nowcasting) es utilizada en modelos hidrológicos para poder saber qué va a pasar, si puede haber riesgo de inundaciones o eventos severos de precipitación. Para esto, explicó en investigador, es de gran importancia tratar de combinar datos de radares con pluviómetros para poder obtener una mejor estimación de lluvia.
Debido a las complicaciones que pueden presentarse, el especialista en estimación de la precipitación por radar, alertó que la lluvia cambia con rapidez, por ello es importante que los investigadores y encargados de atender estas problemáticas, tomen en cuenta los distintos modelos para mejorar y obtener resultados más aproximados en tiempo real.
“Todos estamos interesados en el clima, en lo que va a pasar en las próximas tres, seis o 24 horas; sobre todo con el cambio climático hay eventos mucho más intensos. Queremos ser capaces de predecir inundaciones, para esto requerimos tener la mejor información posible la cual obtenemos de mediciones de radar, de modelos numéricos de fricción, modelos meteorológicos para producir flujos en río, incluso modelos de inundación que ya reportan específicamente qué zona se va a inundar”.
Eventos recientes
La lluvia acompañada de granizo que se presentó en días pasados en la capital del país afectó 155 sitios del Distrito Federal con encharcamientos de diversas magnitudes, aunado a ráfagas de viento que derribaron 36 árboles en calles de las delegaciones Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero y Azcapotzalco, así como obstucciones de coladeras y vialidades importantes de la capital.
El Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) pronosticó lluvias de fuertes a intensas para los próximos días en la República Mexicana, y la Comisión Nacional del Agua alertó sobre el probable reblandecimiento de suelos en algunas regiones del país, por lo que podrían presentarse desbordamientos de ríos y arroyos, deslaves, inundaciones en zonas bajas y deslizamiento de laderas, así como afectaciones en caminos y saturación de drenajes en zonas urbanas.
El especialista comentó que para una extensión territorial como México utilizar estos radares representa una ventaja, ya que permiten identificar la zona de distribución de la lluvia abarcando de uno a dos kilómetros, sin embargo, la red de radares del país no es tan densa como en otras naciones de Europa, donde la extensión territorial es más pequeña, pero hay más radares. “Aquí en México hay alrededor de 15 radares, en cambio en Inglaterra, un territorio más pequeño tiene 18. Estoy aquí porque quiero colaborar con investigadores de la UNAM para poder impulsar el área de radares en México”, recalcó Rico Ramírez.